. índice . Prefacio . Preface . . aguas . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . contamina 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . holocausto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . . lineas 1 . 2 . 3 . 4 . . hidrotermias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . nuevas 1 . 2 . 3 . . Reconquista 1 . 2 . . hidrogeo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . esbozos 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . corredorcentral 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . cordones 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . epiola 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . deriva 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . . archivo 1 . 2 . 3 . 4 . . Halcrow 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . frentehalino 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . emicampanaoculto 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . Costa del Plata 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Costa del oro 1 . 2 . . IRSA 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . flujos . . segmentos . . pendientes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . delta 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . propuesta . 1 . 2 . . correconvectivo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . plataforma 1 . 2 . . termodinamica 1 . 2 . 3 . . Sagoff . . ABL 1 . 2 . . congreso . . girh . . Acumar 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . evaluacion 1 . 2 . . BocaRiachuelo 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . . StoDomingo . . urgenciasatadas 1 . 2 . . inundabaires 1 . 2 . 3 . 4 . . sinsustento 1 . 2 . . emisarios 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . . UAG 1 . 2 . 3 . 4 . . áreas nuevas 1 . 2 . 3 . . acreencias 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . audiencia 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . Valls 1 . 2 . . contrastes 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . . convexterna . . playas 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . Plan Maestro 1 . 2 . . Parque Norte . 1 . 2 . . Ar. Maldonado . 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 . 18 . 19 . 20 . 21 . 22 . 23 . 24 . 25 . 26 . 27 . 28 . . Ar. Medrano . . Ar. Vega 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . . ribera . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . jurisdiccion 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . . CSJNpisamr 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . zonas muertas . . Bermejo 1 . 2 . . Pilcomayo . 1 . 2 . . Uruguay 1 . 2 . 3 . . Paraná . 1 . 2 . . Asunción 1 . 2 . 3 . . Areco 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . Pergamino . 1 . 2 . Salado . 1 . 2 . 3 . . Samborombon . . Atalaya 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . . PuntaPiedras . . Tuyú . . PuntaRasa 1 . 2 . . PuntaMedanos . . Mar Chiquita 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . . Mar del Plata 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . Necochea . . Colonia . . MartinGarcia 1 . 2 . 3 . . montesdelplata . . botnia . . Puertos 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . Pipinas 0 . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Puerto Alflora . 1 . 2 . 3 . 4 . . formula1 . . disocio 1 . 2 . . senderos . . bajantes . . oceano 1 . 2 . 3 . 4 . . fitoplancton . . diatomeas . . hidrolinea 1 . 2 . 3 . . sustentable. 1 . 2 . . agua 1 . 2 . 3 . . hielo1300 . . antarticflows . . antarticmelts . . derrame . . luna 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Trinidad . . prospectivas . 1 . 2 . 3 . 4 . . SantaCruz . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . . volcanes . . ley particular . . baires2060 . . aereadores . . Guaire . . marpampeano 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . . Tamesis . 1 . 2 . 3 . . viajesedextra . . arena . . hospedero . 1 . 2 . . yacireta . . canalmagdalena 1 . 2 . 3 . 4 . . Barranqueras . . floods . 1 . 2 . . Santa Fe . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . . Hidrovia . . invitación . . ribera . 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . . olas . . acantilados . . Venice . . tropiezos . 1 . 2 . 3 . . Vinculación 1 . 2 . . La Picasa. 1 . 2 . 3 . 4 . . inundaciones . . Atuel . . La Pampa . .Río Negro . . Carcarañá . 1 . 2 . . Ameghino . . Bilbao . . cabezadura . . adiabático . . index .

 

De los recursos adiabáticos en sistemas naturales

Ver video por https://www.youtube.com/watch?v=AqJvjWdVoWM

Nuestro conocimiento ha ido creciendo dejando huellas en leyes que hacen las veces de pilares del conocimiento. Sin embargo, la experiencia fenoménica no está atada a esas reglas. Viene de lo inesperado y tiene su fuente en la Naturaleza, incluída la humana. Así por caso, los sueños, la intuición, el azar no siguen reglas por más critical heuristics que sumemos a la experiencia cognitiva, que sin duda reconoce sus contiendas. Cuando nos damos a la tarea de conceptualizar esas vivencias, esas que mento como experiencias fenoménicas, algunas veces acortamos camino y recurrimos a principios del conocimiento que nos permiten transitar un sendero común para facilitar su transmisión, aunque a sabiendas de que la mayor porción de ese regalo fenomenal queda mutilado o perdido. Otras, las más abismales, permanecen décadas aguardando el momento oportuno.

La experiencia racional, por el contrario, no solo aprovecha de inmediato, sino que multiplica con todo tipo de analogías esos recursos para inferir nuevos desarrollos. Así por caso, la termodinámica de cajas adiabáticas cerradas traccionó sus progresos forzando procesos sin mirar por los naturales, mucho más lentos y complejos y en adición abiertos a escalas sorprendentes. Tan sorprendentes que ya fueron advertidos por los griegos cuando nos regalaron la voz “entropía” 2500 años antes que Boltzman para calificar esas sucesivas transformaciones de estado, sin perder su energía. Exactamente lo contrario de lo que apunta hoy la misma voz entropía cuando señala la maximización del gasto en procesos que distan de ser los naturales, que hoy vienen paso a paso asumidos por las ecologías de los ecosistemas.

Ya sea por sus apetitos o por sus urgencias, el hombre no advierte inconvenientes en seguir caminos distintos a los de Natura. Al menos, hasta ahora no los ha considerado, aunque de hecho comienza a apreciar sus diferencias.

Respecto al conocimiento, las doxas de las vías universitarias alcanzan al estudiante series interminables de novedades que no solo enriquecen sus recursos personales, sino que ya acreditan facilidades a su comunicación.Los propios laboratorios de investigación universitaria siguen estas reglas, pues son las que facilitan sus aprobaciones presupuestarias.

¿Pero qué hacer en el plano de las elecciones personales cuando la experiencia fenoménica se instala en el alma poniendo en riesgo algo o mucho de lo ya estatuído como “sistema”? No hay retorno para quienfue advertido de que la Füsis en Natura no se guía por “sistemas” fruto de las experiencias sumadas del conocimiento humano. Ella tiene sus propias “reglas” que le han permitido su brotar y florecer adaptándose con inocultable sufrimiento a todos los cambios climáticos. Los ciclos anuales de muerte y resurrección parecieran ser parte del origen de esta voz “füsis”, brotando y floreciendo y festejando así cada nuevo año. Los ciclos mayores ya son otro cantar.

Pero es indudable que la observación en Natura es la fuente inagotable donde se nutre el conocimiento primordial, aunque éste no pase por ser el más utilitario en doxas y jurisprudencias. De hecho, estas observaciones acercan serios conflictos a lo estatuido y exprimido por siglos. En atención a estos compromisos el raconto fenoménico muchas veces acepta sus demoras padeciéndolas como si esos indecibles que carga fueran por falta de recursos expresivos. De hecho, solo la estética encuentra siempre las puertas abiertas y por eso nos damos a trabajo afectivo. Incluso, éste que sigue sobre una de tantas descendencias del sol. Y como las temperaturas de los “sistemas” han sido siempre eje de muchas reflexiones, vamos a tomar a la termodinámica como sendero a recorrer en ellas. Así nos sale al cruce el concepto de “adiabático”, prestándose a los fines de marcar límites en los ecosistemas.

Esta voz encuentra su apoyo en la raíz indoeuropea G w a- ir a, llegar

Las reglas y principios de la termodinámica de cajas adiabáticas cerradas han gozado de tanto crédito como las de la física newtoniana del movimiento. Sin embargo, gracias a la termodinámica de “sistemas” naturales abiertos y enlazados vemos que esos créditos están para ser siempre redescubiertos, rebalanceando criterios que siempre revolvemos para asegurar no afecten los intereses que florecen a la par deconocimientos allegados. Intereses de todo tipo: regionales, industriales, comerciales, sociales, legales y jurisprudenciales

Así como la exploración de las márgenes de los sistemas “adiabáticos” cerrados permite verificar progresos muy concretos, exactamente lo contrario ocurre con la exploración de las márgenes de los sistemas adiabáticos naturales abiertos y enlazados, alterando todas las analogías e inferencias extendidas en modelaciones matemáticas en cajas negras que siempre apuntan a sumar créditos, no solo a la ciencia, sino a los gobiernos y a las legislaturas.

Dada su trascendencia para generar este tipo de conflictos entre lo estatuido y lo sorprendente, hurguemos donde parece haber una contradicción. En primer lugar, si es abierto y enlazado, ¿cómo le cabe la voz “adiabático”?

Este es el punto que exploraremos en imágenes concretas que muestran recursos adiabáticos para proteger la marcha de un sistema o de varios sistemas enlazados, pues así opera Natura en todos lados. Y me remito en primer lugar al campo de observación en el que he trabajado en estos últimos 15 años: las salidas tributarias estuariales; para luego de hacer elemental observación crítica a la segunda ley de la termodinámica, mirar por los vitales e irremplazables enlaces entre los humedaes y los ríos de llanura.

Ya hube expresado en los dos trabajos sobre “fenomenología termodinámica en las interfaces tributarias estuariales” presentados en el Primer Congreso Internacional de Ingeniería celebrado en Argentina en Octubre del 2010 los diferentes aprecios que cabían al origen y sentido de los cordones litorales de salidas tributarias, que siempre fueron inferidos por los mecanicistas de turno, -e incluyo a sedimentólogos y geólogos-, como fruto de una ola oblicua, sin precisarles otro sentido que complicar estas salidas.

Así lo expresa el propio Florentino Ameghino. La eliminación que propone de las barras de arena (cordones litorales) que se forman en la desembocadura de los ríos Salado, Samborombón y otros ríos y arroyos, prueba que nuestro querido Ameghino nunca sospechó la función irremplazable que aportaron esos cordones litorales originadores de la mayor parte de los suelos pampeanos, inferidos por la geología como dunas, fruto de sedimentos eólicos, ignorando interfaces marinas, lóticas, estuariales, lacunares y lénticas durante 10 millones de años y en particular, ignorando las interminables tributaciones de sedimentos cordilleranos, advectados en los últimos 2,5 millones de años por aguas serranas de los ríos 5º, 4º y 3º.

Ver http://www.alestuariodelplata.com.ar/ameghino.html y la serie /pampa.html /pampa10.html

Ver salidas de flujos cordilleranos generadores de los cordones litorales originadores de nuestras pampas

Estos 2 trabajos fueron bendecidos por el Ing Juan C. Giménez, titular del Centro Argentino de Ingenieros encargado del comité de selección, visibles esos aprecios por http://www.alestuariodelplata.com.ar/convec1.html

También allí quedó reconocido el escándalo que produciría su publicación en los resúmenes del congreso, que así esquivaron.

Esos extraodinarios, super prolijos e interminables millonarios cordones litorales son la prueba más palpable de cómo aprovecha Madre Natura los recursos “adiabáticos” para proteger la tributación de un “sistema” a otro, sin ver frustrada esa intención por las diferencias, ya no solo mecánicas, sino termodinámicas entre ambos sistemas.

Para ello borda por capa límite térmica en la interfaz tributaria la curva y el desarrollo que sigue del prolijo cordón de borde cuspidado haciendo uso de los propios sedimentos transportados, evitando así tener que cargar con las erradas pretensiones de la 2ª ley de la termodinámica que en nada anticipan la delicadeza del orden de las 0.2º que resumen las diferencias de temperatura que hacen viables estos encuentros y sus tránsitos.

Ese cordón no solo impide el acceso en directo de las energías mareales en la boca de salida del tributario que de lo contrario precipitaría allí toda su carga de sedimentos bloqueando su salida, sino que lo orienta a buscar salida por las aguas más caldas en la menor profundidad de las orillas estuariales, con el auxilio de la llamada “deriva litoral” que guarda adicional hipersincronicidad mareal las 24 hs del día; esto es: en la precisa dirección contraria a la que llevan los flujos estuariales “en descenso”.

Todo un ejemplo de un recurso adiabático natural para facilitar la máxima eficiencia en la interfaz de 2 “sistemas”.

Tanta es la eficiencia de ese encuentro facilitado por ese recurso adiabático, que hasta parece impropio hablar de 2 “sistemas”, pues el enlace es perfecto.

¿Pero cómo haríamos los pobrecitos y presumidos mortales para definir cuencas y regímenes territoriales y legales si no partiéramos todo en pedacitos?

Desde luego, a la voz “adiabática” la seguimos advirtiendo casi una divinidad de la inteligencia humana para sacar provecho en cajas cerradas, pero la desconocemos por completo como recurso propio de “sistemas” naturales para matener vivos cien mil procesos de interfaces de todos los tamaños, temperaturas y caudales, incluyendo transferencia de masa sedimentaria vital para el almacenamiento y conservación de estas energías solares que asisten los procesos convectivos; incluyendo “sistemas” de escalas tan extraordinarias como la corriente cálida del Golfo que alcanza a mover una energía 100 veces superior a toda la consumida por el hombre en el planeta y que si cumpliera con la segunda ley jamás habría sobrevivido a sus reglas. Sin esas 0,2º en juego no reconocerían estos sistemas sus advecciones.

Así entonces la confiabilidad que despiertan las voces “sistema”, “ley” y todos los recursos del conocimiento de todas las ciencias pone un precio en la perseverancia necesaria para transmitir nuevos conocimientos que amenacen alterar sus presupuestos, pues aún habiendo mucho en juego y advirtiendo su importancia, no saben cómo hacerlo advirtiendo que tienen un abismo de por medio. No alcanzan los ceros para ponerle precio a este abismo.

Las novedades empezaron a golpear fuerte hace más de 60 años. Entonces pusieron en uso la palabra “sistémico” para hacer creer que habían tomado nota e incorporado a conciencia esas novedades termodinámicas. Luego lo completaron con un “eco” para identificar de dónde venía el problema que hoy siguen ignorando, a pesar que el glosario de la ley provincial 11723 se los indica bien claro: un “ecosistema” es un sistema termodinámico natural y abierto cuya principal entrada de energía es solar y cuya principal salida en las hidroesferas son los sedimentos.

No obstante la falta de sensibilidad de la 2ª ley para apreciar las sutiles diferencias de 0.2º que hacen viables los encuentros entre “sistemas”, infieren que en tanto se mantenga la temperatura del “sistema” abastecedor quedan habilitadas las transferencias de “calor y trabajo”.

Estas mismas expresiones de “calor y trabajo” que tanto aprecian los mortales no resultan suficientes para explicar los arranques de los procesos convectivos, la delicadeza con que en todo tipo de interfaces se atienden sus transferencias, el sostén de sus advecciones y el extraordinario de sus enormes escalas. ¿Acaso con mentar las voces “calor y trabajo” damos muestras de aprecio a cómo miramos relaciones vitales tan paradojales cómo los recursos adiabáticos aportando soluciones como es el caso de los cordones litorales?

Por el contrario, en un instante intuimos las complicaciones legales que se multiplicarían si descubriéramos la inescindibilidad y delicadeza vital de estas interfaces entre ecosistemas aledaños. Tan elementales, que los flujos ordinarios de un río de llanura carecerían de energía si no reconocieran esas delicadezas y esas transferencias. Tan delicadas y apropiadas como solo un mismo cuerpo las apreciaría.

Al mismo tiempo que hoy reconocemos que casi el 25% del territorio de la Nación son humedales nos distraemos haciendo incapié en las aves, las floras y las faunas, sin jamás haber advertido en ley alguna, ni física, ni matemática, ni asumible en materia judicial, que sin humedales no hay ríos de llanura, sino cuencas muertas. No menos grave que ésto: cuencas muertas. El orden de los 4 enunciados del par 2º, art 6º de la ley 25675 no prioriza las aves, las floras y las faunas, ni siquiera apunta a los bípedos implumes.

A qué entonces seguir demorados 5 años sin terminar de identificar en el art 2º del proyecto de ley el sentido de la voz “humedales” como baterías convectivas. Tan ajenos están a estos servicios naturales irremplazables que ni siquiera rozan esta cuestión, sino las que tienen que ver con intereses provinciales y particulares.

Y no solo provinciales, sino jurisprudenciales de centenaria data, que en adición jamás fueron aplicados en estas pampas con los criterios que se desprenden de la hidrología rural o de la urbana.

Por interminable enumeración de intereses y justificaciones y tan solo intuyendo el desbarajuste legal que les abismaría me cabe imaginar qué poca atención prestarán a esta voz “adiabática” descubriendo cómo plantea Natura los límites y cuidados de un “sistema”.

Por eso mismo, cómo haría éste que suscribe para dejar de alertar una y cien veces durante una década sobre la disociación forzada térmica e hidroquímica de 4,5 millones de m3 de efluentes diarios que conocerán precipitación inmediata y extrema a la salida de las bocas difusoras cruzadas a 90º de las dinámicas estuariales, cuyo estado catatónico ya era reconocido por Halcrow en 1967.

La dirección de las transferencias de calor y trabajo siempre marcha de mayor a menor temperatura en tanto la invitación a advectar no supere las 0,2º. ¿Con qué milagro esperan que las aguas de esos 200 Km2 enfrente mismo de las narices de la reina del plata superen la barrera de temperaturas infernales que cruzarán con esas deposiciones en el medio del camino? El problema por ello no es solo de tapón sedimentario, sino termodinámico.

El mismo problema de recursos adiabáticos mal paridos para atender apetitos humanos en un territorio generosísimo es el multiplicado miles de veces en los alteos y cementaciones de riberas en cursos de llanura, para así crear sarcófagos para ríos muertos, que nunca verán vivos sus flujos ordinarios a excepción de los de eventos extremos.

No solo nunca han respetado en estas planicies los artículos 2340 y 2577 del código de Vélez, ni el art 2340, inc 4º de la reforma de Borda, ni el 235, inc C del nuevo CC, sino que tampoco reconocen, repito, el orden de los 4 enunciados del par 2º, art 6º de la ley 25675, que les hace invitación a abrir los ojos y ver cómo han estado durante 232 años negando la muerte de los flujos ordinarios del Riachuelo, para ahora llevar al ámbito estuarial un plan de inconcientes trogloditas que se ocuparán de multiplicar cien veces ese drama en toda la región.

¿Por qué no reconocer que nuestras leyes están hechas por mecanicistas que hoy obligan a nuestros juristas a impermeabilizar leyes y buscar refugios procesales para evitar enfrentar cambios de paradigma alguno?

Esa condición adiabática es la que prima en todos los órdenes en los 3 poderes.

Comportamiento sistémico que nada tiene que ver con ecosistema natural alguno. ¿A dónde conducen estos comportamientos? ¿Alcanzaría uno o mil adjetivos para calificarlos?

Ver video por https://www.youtube.com/watch?v=AqJvjWdVoWM

Ver presentación a la Procuración General de la Nación en la causa CSJ 791/2018 por http://www.hidroensc.com.ar/incorte248.html

FJA . 28 de Junio del 2018

 

Addenda

Durante 8 años hemos insistido en el origen y sentido de los cordones litorales en las interfaces estuariales generados por precipitación sedimentaria de borde cuspidado suscitada por capa límite térmica al enfrentar las aguas tributarias las aguas más frescas del cuerpo receptor.

Que así conforma un recurso adiabático que impide el ingreso en directo al seno tributario de las energías mareales que provocarían esa misma precipitación y aún mayor, en el seno interior.

Ver la sorprendente precipitación sedimentaria que siguió a la rotura de la curva del cordón litoral de salida del Riachuelo en 1786, tan solo 75 años más tarde (1859).

Sin embargo, nada han aprendido de estas disociaciones y consecuentes precipitaciones. La posterior instalación y profundización del puerto del Dock Sud trajo aparejado un adicional bloqueo a las advecciones de las aguas del Matanzas, inhabilitadas para superar una diferencia de gradiente térmico mayor a 1º C.

Mostrando adicional y aún mucho menor aprecio a lo ya bien conocido; ésto es: la dirección de las transferencias de calor y trabajo que se expresan de mayor a menor temperatura. ¿Cómo harán entonces para superar el bloqueo termodinámico que conformarán las precipitaciones por capa límite térmica e hidroquímica de los 4,5 millones de m3 diarios de efluentes a la salida de las bocas difusoras cruzadas a 90º respecto de las dinámicas del estuario?

Esta síntesis de calamidades solicita multiplicar todas las advertencias que sean dables expresar por la vía judicial. Y a estos efectos considero oportuno ejemplificar sobre los derroteros de la corriente fría de las Malvinas haciendo su camino al Norte por caminos de gradual y ligera mayor temperatura, lo cual en apariencia contradice esta regla tan elemental que acabamos de mencionar.

El oceanógrafo Alberto Piola, investigador del CONICET que trabaja en el Servicio de Hidrografía Naval viene desde hace muchos años haciendo acopio de la información de los radiómetros de la NASA que le permiten advertir las pequeñas diferencias de gradientes térmicos del orden de la 0,02ºC que se descubren en la superficie de las aguas mostrando sus ramificaciones, sus apareados senderos, sus velocidades, sus salinidades, sus cargas de nutrientes y en particular, sus bloomings o floraciones que deberían permitirle inferir el rango del sistema convectivo propio de estas energías por donde este sistema frío encuentra el sendero de ligera menor temperatura que le permite advectar hacia el Norte, a pesar de que en esa dirección no encuentra el camino de gradual y ligera menor temperatura.

Ese gradiente queda resuelto por los aportes del sistema convectivo que acerca de las aguas más profundas lo necesario para conformar ese ligero gradiente de menor temperatura que le permite advectar hacia el Norte.

Por cierto, hay situaciones en la interfaz con la corrientes cálida del Brasil en donde este sistema de Malvinas encuentra el gradiente de acople preciso para sumarse a la anterior y para ello pega un giro de 180º.

La complejidad que rodea a esta corriente de Malvinas y a sus múltiples ramificaciones, también reconocen ricas interfaces con los sistemas de plataforma con aguas de menor salinidad, mayor carga sedimentaria y mayor temperatura.

En síntesis, lo que apreciamos destacar en estos comentarios es la ausencia de mención alguna a sistemas convectivos por falta de información que de ninguna manera es inferible de los radiómetros de la NASA, a pesar de sus delicadas observaciones, salvo para suscitar sospecha de cómo cumplen con sus advecciones merced a los recursos profundos de las convecciones.

Ni la NASA, ni el CONICET están abiertos a mirar por sistemas termodinámicos naturales, por falta de datos y por escapar a la complejidad que cargan estas miradas nuevas. Pero al menos ya acercan información de los sutiles gradientes termicos que descubren las ramificaciones.

En los siguientes hipertextos ya planteábamos en el 2012 estos abismos de criterio: http://www.alestuariodelplata.com.ar/oceano3.html

http://www.alestuariodelplata.com.ar/oceano4.html

Ver los esforzados trabajos previos de Alberto Piola por http://www.alestuariodelplata.com.ar/oceano2.html

 

Respecto a datos satelitales y detección de ramas y frentes térmicos nos señala Alberto Piola:

"Recientes observaciones han revelado que el área del borde de la plataforma y comienzo del talud frecuentemente se caracteriza no por una sino por varias ramas de aguas frías, cada una con un ancho de pocas decenas de kilómetros y separadas por bandas más angostas de aguas relativamente cálidas. Esas ramas frías representan núcleos de corriente y deben estar asociadas con valores más altos de velocidad hacia el norte de aguas relativamente frías".

A pesar de los años que viene trabajando en este sistema, ni Piola, ni Romero, ni Franco ni sus colaboradores han expresado jamás una sola palabra respecto a los compromisos entre sistemas convectivos y sus advecciones en el marco del debido respeto a la dirección de marcha de las transferencias de calor y trabajo en termodinámica. Tampoco la NASA.

FJA . 30 de Junio del 2018