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Riberas al Sur del Dock Sud

Refinerías del Dock Sur sobre el estuario

La foto muestra en su márgen iaquierda el rincón del Dock Sur donde se vierten hidrocarburos y descubren plumas de polución fluyendo hacia el Norte, por convecciones internas en estas áreas de fuertes hidrotermias y por los muy pobres criterios de cuidados elementales en ese rincón.

Inmediatamente más abajo, el canal Sarandí tiene el mismo comportamiento de salida, pero enseguida toma rumbo Sur estimulado por los flujos del canal natural costanero, allí activo.

Ese revire de 180° en tan poco lugar se debe al despegue convectivo externo tras alcanzar el gradiente térmico apropiado para iniciar la dispersión lateral. Soplando es esta imagen, viento del NE y marea en bajante.

Canales Santo Domingo y Sarandí

salida vertedero Quilmes

Saltamos por un instante a la costa uruguaya

Barra de San Juan R.O.U.

Estas imágenes corresponden al sector transversal opuesto sobre la costa uruguaya, conocido como la Barra de San Juan, y reconocido por Solís y Gaboto; al que también le cupo de los adelantados, el nombre de “Riachuelo de los navíos”. No hay lugar más hermoso a 50 Km de Buenos Aires.

Barra de San Juan al Norte

Resumiendo este primer capítulo:

En 5 minutos, las imágenes del satélite, si bien atendidas, podrían dejarnos abismados. En el capítulo que sigue veremos imágenes que intentan resaltar lo que refiere a contaminación.

Observando las campañas para dejar de fumar, advirtiendo los propios fabricantes las alertas; o viendo la campaña que los pobladores de Gualeguaychú hacen por su territorio; o los informativos de los escándalos ambientales en lejanos mares; llámese Exxon Valdéz o lo que fuera, de los que la televisión y la prensa hacen presa; no se entiende cómo situaciones infinitamente más graves, directas, permanentes y exclusivas nuestras, conduciendo a suicidio comunitario global, permanecen calladas en las sombras.

Las imágenes suscitan atenciones a las plumas de polución y contaminación que aparecen bien visibles siguiendo los aprecios que reciben de las capas límite hidrodinámica, térmica e hidroquímica; y las mismas plumas en la zona donde ejerce influencia el canal costanero; o en alguna otra suerte de canal, incluso transversal (tal el caso del canal de salida de Dársena Norte); y a las plumas en las zonas donde el canal natural costanero ya ha perdido su particular aporte hidrodinámico.

Es interesante observar las puntuales salidas de los flujos al estuario, buscando siempre remontarlo por convección interna dentro del cordón litoral o lo quedó de él grabado en su memoria, que se traduce en la llamada "deriva litoral", antes de definir su rumbo de descenso y dispersión.

Este comportamiento que descubre la hipersincronicidad mareal en las riberas, se cumple tanto en horarios de marea creciente como de bajante; y ha quedado registrado en la geomorfología de salida de todos los cursos de agua al estuario desde tiempos inmemoriales; tanto en la costa argentina, como en la uruguaya.

Hasta ahora los criterios para explicar estos comportamientos han apuntado a la "deriva litoral" provocada por el oleaje ligeramente oblicuo;

y nunca a acercar desde imágenes satelitales, correlatos que tengan que ver con transferencias convectivas naturales internas, determinadas en su dirección por las advecciones mareales.

Estas transferencias de energías son las que determinan la deriva litoral, el oleaje oblicuo y las particulares convecciones atmosféricas en las riberas.

Ver muy interesantes imágenes mostrando la delicadeza y afectación de estos comportamientos al final de la Página 35.

Hoy, la alta temperatura y muy baja profundidad de esas áreas quietas, incrementada por la saturación y viscosidad de la gran expresión de polución y contaminación en superficie, disociándolas en términos hidrotérmicos e hidroquímicos de los externos y casi ausentes flujos cenicientos, es la que se ocupa de remontarlas haciendo permanente gasto de calor, hacia áreas que retroalimentan el proceso convectivo interno de estas extendidas hidrotermias ribereñas.

Abandonando recién en Núñez los estancamientos y temperaturas propias de las capas límite térmica e hidroquímica, allí donde las plumas definen su convección externa hacia las tomas de agua;

para finalmente rumbear en descenso por los canales costaneros inmediatos hoy bastardeados por el hombre, que así se vuelve a comer y beber de sus hidrocarburos y de sus propias heces.

En las áreas costaneras de los partidos de Vicente López y San Isidro donde esos canales costaneros han perdido su energía natural, las plumas de contaminación siguen, repito, un comportamiento de suave convección interna ascendente que las retiene en áreas de baja profundidad.

Aquí precisamente es donde intentan comenzar las obras del criminal proyecto del nuevo Puerto de Olivos del grupo Torcello.

La proyección y definición del área entre el Emilio Mitre y la costa, y los flujos y reflujos en ella; al igual que la restauración y posterior mantenimiento del canal natural costanero, necesario para sostener salvaguarda del área mencionada que efectivice limpieza de polución y contaminación; son por ello, merced a las correciones en direcciones y ensanches de salida de los tributarios Luján, Urión, San Antonio y Vinculación y al dragado adicional de los mismos para remozar sus energías perdidas por tantas invasiones de riberas, las primeras cuestiones a analizar para así comenzar a tomar responsables decisiones.

 

A continuación  damos paso a un brevísimo resumen de un informe sobre rellenos costaneros, que si bien nos parece suficientemente detallado, no se aplica a analizar trastornos hidrodinámicos, termodinámicos e hidroquímicos y sus consecuencias, sino simplemente se aboca a dar fe de nuestros usos y costumbres, proponiendo fijar un límite y dejar las cosas como están. Una especie de blanqueo de faltas y nada más.

Hasta el rimbombante slogan de: Generación de nuevos ecosistemas litorales, pone moños al blanqueo.

Al menos señala que las nuevas configuraciones “modifican los drenajes naturales”, “afectan la hidrodinámica litoral” y al no conservar las características naturales “la valoración del paisaje resulta en baja”.

Generación de nuevos ecosistemas litorales por albardones de relleno en la costa de la ciudad de Buenos Aires     Silvia Marcomini y Rubén A. López
Estas líneas que siguen no conforman resumen.    (Ver nota completa)

Este trabajo, ilustra los cambios realizados por el hombre en las riberas urbanas y propone seguir bendiciendo los criterios sobre los procesos hidrodinámicos que han quedado signados por estas intervenciones.

Toma en cuenta los usos y costumbres, pero en ningún momento recrea consideraciones alrededor de los canales naturales costaneros subparalelos, cuya existencia reconoce perdidas; sin aportar a cambio, valoración alguna a sus utilidades y a su condición de irremplazables por las propuestas anteriores. Siguen apuntes del texto en cuestión:

La terraza baja es el resultado de un evento estuárico marino que ocupaba una cota de 2 a 5 m asignable al Holoceno. En la actualidad su morfología está totalmente alterada por los sucesivos rellenos realizados en la ribera de la ciudad. El nivel mencionado se conserva actualmente en el sector sur entre La Plata y Quilmes donde se distingue la presencia de cordones litorales subparalelos constituidos por arenas limosas, y una playa actual integrada por una morfología de barras y canales subparalelos. Estas geoformas reconocidas son equivalentes a las que conformaban originariamente la costa de la ciudad de Buenos Aires.

Las barras y canales longitudinales reflejan la dinámica natural del estuario del Río de La Plata y están constituidas por arenas limosas. En otros sectores la configuración de la costa está en desequilibrio con el medio que la rodea, producto del rápido avance por la acción de rellenos sucesivos, que no le no le permitieron a la costa del estuario alcanzar el perfil de equilibrio.
Las obras de relleno modificaron la morfología original del área desde la época de Rosas y los cambios antrópicos en la configuración de la línea de costa han producido importantes variaciones en los desagües naturales de arroyos que drenaban hacia el estuario por cambio en las pendientes y en la capacidad de transporte de sedimentos, contribuyendo a incrementar la superficie de la terraza baja y en consecuencia modificando los drenajes naturales y creando una nueva configuración en la línea de costa, que afectó la hidrodinámica litoral.

La costa actual de la ciudad de Buenos Aires no conserva las características naturales por lo cual la valoración del paisaje es baja.

La necesidad de proponer una línea de costa "definitiva" planificada entre la ciudad de Buenos Aires y los municipios del conurbano: Tigre, San Fernando, San Isidro, Vicente López, Avellaneda y Quilmes, entendiéndose por definitiva, que la configuración proyectada no sufra cambios por rellenos futuros que no sean los propios producidos por la dinámica del río de la Plata. La misma deberá planificarse teniendo en cuenta el modelo propuesto mediante el cual es factible predecir, sobre la base de la configuración y diseño del albardón de cierre los futuros subambientes costeros que se generarán considerando la acción de la hidrodinámica natural imperante.

La configuración de la línea de costa artificial condiciona la evolución de los futuros ecosistemas litorales naturales.

La planificación y predicción sugeridas avalan la acción de la hidrodinámica natural imperante, que de “natural” tiene sólo lo obligado por el hombre. E ignorando la termodinámica que siempre fue la imperante en las riberas.

Si rescatamos los valores que aportaban las barras y canales longitudinales subparalelos, reflejando la dinámica natural del estuario del Río de La Plata hoy perdidas muy gravemente en San Isidro y Vicente López, será fácil estimar la necesidad de restauración y preservación.

Y entonces buscaremos los caminos para asistenciar esta intención, que por cierto no se conforman con la propuesta de nuestros "especialistas en dinámica costera"

 

¿Cuál es el sentido de esta pretensión?

Destapar el Luján y considerar las mil afectaciones que entorpecen y restan la energía a sus flujos; porque únicamente de él dependía, antes de visualizar sustitutos, la vida y sostén del moribundo canal natural costanero

Ventilación física y sicofísica que reclama preservación del área desde el Emilio Mitre hasta la costa actual. Preservación que comienza respetando las líneas de ribera de creciente máxima en estas costas urbanas.

Presionar a las administraciones municipales para que prueben la “imprescindible necesidad” de modificar viejas ordenanzas ambientales para así darse a creación de nuevos suelos con rellenos en la costa actual;

siempre olvidando el valor de los paisajes naturales que la Ley 6253/60 más allá de la zona deltaria, apunta a preservar en una franja inexcusable de 100 metros mínimos.

Disminución de los efectos sumados de capas límite hidrodinámica, térmica e hidroquímica, cada vez más visibles, ampliando el ancho de las bandas de polución y contaminación, y multiplicando lixiviación.

Vuelco de efluentes pretratados, en canales intermedios bien alejados de las riberas urbanas.

 

Finalmente

Como estrategia de intervención humana en los desarrollos correctivos en este rincón ONO del estuario, proponemos, tras ver repuesta la draga de corte perdida, la consolidación de las largas áreas peninsulares sobre los refulados casi emergentes al Este del Emilio Mitre; urgiendo adicional sostén del amplio sector intermedio al O. (ver líneas amarillas insertas en la cartografía de pág. 3)

Mirando el problema desde las conveniencias de Natura y no desde el comportamiento de sus criaturas. Atendiendo primarios criterios hidrodinámicos, térmicos e hidroquímicos.

Esta actitud aporta no sólo más salud, sino también, mayor reparto de todo tipo de extraordinarios revalúos.

Los inmobiliarios que hasta hoy movieron todos estos destinos, van a pocos bolsillos. Y esa riqueza no nos salva del infierno que a ciegas aceptamos.

 

La nota que sigue acerca consideraciones que tocan a la ciudad en relación a la altura crítica de sus desagües.

Este artículo fue publicado por el diario La Nación y responde a predicciones de cambio climático
Debido al calentamiento terrestre, de aquí a un siglo el Río de la Plata estará entre 60 centímetros y un metro más alto, y se verá más expuesto a vientos provenientes del Este. Con peores y más frecuentes sudestadas (y sus secuelas de inundación tierra adentro y erosión de costas), las municipalidades y particulares del área metropolitana argentina deberán gastar entre 80 y 310 millones de dólares anuales para reparar estragos a la edificación e infraestructura al pie de sus barrancas costeras, y sobre los valles fluviales urbanos del Riachuelo, el Medrano, el White, el Maldonado, entre otros.
Estos costos -muy preliminares- los calculó el capítulo local del Assesment of Impact of Climate Change (Estimación de Impactos del Cambio Climático, AIACC), programa científico internacional financiado por el Banco Mundial.
En Montevideo, ciudad más alta, el impacto será más biológico que físico, medible en más cierres de playas por "mareas rojas" (floraciones de dinoflagelados que envenenan el agua con neurotoxinas), o "mareas azules" (cianobacterias que la pudren). Algo similar ocurrió ya en el verano de 2004.
Tales fueron algunas de las conclusiones del curso sobre cambio climático dictado por el AIACC en el Regente Palace Hotel de Buenos Aires, con expertos de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y de la Universidad de la República Oriental del Uruguay (UR), así como del Instituto Nacional del Agua (INA) de la Argentina. Este evento interdisciplinario predijo muchos escenarios complejos.

Mayor caudal
Pero no siempre malos. Aventando pesadillas futurológicas, el biólogo Gustavo Nagy, de la UR, y los modelos matemáticos del ingeniero Angel Menéndez, del INA, coinciden en que Buenos Aires no corre peligro de que se le salinice el río. Hoy se teme una creciente penetración de agua marina en el estuario, pero al parecer, el actual "frente" salobre que separa las masas de agua francamente salada del Atlántico y las dulces del Paraná y el Uruguay no se moverá gran cosa. Según el climatólogo Vicente Barros, de la UBA, "se necesitaría un aumento mucho mayor del Plata para empujar ese frente hasta la zona metropolitana argentina". Y es que con el nuevo perfil de lluvias en sus cuencas altas y medias, los mencionados ríos gigantes hoy traen caudales hasta un 30% mayores que los anteriores a los años setenta y le equilibran la pulseada al mar.

El incremento de los ríos Uruguay y Paraná es una buena noticia también para los operadores de las centrales hidroeléctricas que se nutren de esos ríos, pero no necesariamente para los porteños. ¿Por qué? Según el doctor Jorge Codignotto, geomorfólogo de costas de la UBA, el predelta (enorme extensión de bancos subacuáticos de sedimento tendida frente a las islas más recientes) está creciendo tanto que complicará las bocatomas de la Planta Potabilizadora San Martín, ubicada frente al Aeroparque.

Es una paradoja típica del cambio climático: el Delta del Paraná debería entrar en regresión debido al aumento de nivel del Plata y la mayor energía de las sudestadas. Pero lo más probable -cree Codignotto- es que no lo haga porque el creciente predelta y la forma de embudo del estuario son rompeolas eficaces para el frente de islas, que viene avanzando desde el Oeste entre 60 y 70 metros por año.

Con las bocatomas que operan a una profundidad decreciente y la actual contaminación costera del río, es previsible que para 2030 las plantas potabilizadoras se pueden quedar sin materia prima aceptable para procesar. "Esto ya empezó -comenta Codignotto-. En la última gran bajante de 2003 hubo que interrumpir la distribución porque estaban ingresando contaminantes a la red. Las canillas de la ciudad se quedaron secas."

Sin embargo, Codignotto y los consultores que trabajaron para Aguas Argentinas, nunca mencionaron lo que muestra la imagen siguiente: plumas de hidrocarburos, que luego de hacer por convección interna un viaje "ascendente" de 13,6 Km., a contrapelo del viento del NE y marea en bajante, terminan metiéndose directamente en las tomas de agua a potabilizar de Palermo!!!

tomas de agua de Palermo

Todos los escenarios barajados en el curso fueron de ese orden: mostrando calamidades tan operantes a fecha de hoy, que, más que predicciones, son descripciones.

La provincia de Buenos Aires, por su parte, verá todo un surtido de problemas hídricos. El Plata -según el doctor Roberto Kokot, geomorfólogo de costas de la UBA- se habrá adueñado de la barrosa ría del Tuyú y sus mareas romperán algunas decenas de kilómetros en lo que hoy es tierra adentro.

El estuario acrecido y su oleaje recrudecido provocarán la pérdida de muchos otros terrenos costeros bajos entre Punta Piedras y la ciudad de La Plata, con buena parte de sus construcciones.

Qué amenaza la subida del río
Que el Río de la Plata quede 60 centímetros más alto no sumirá ningún territorio metropolitano bajo agua... en forma permanente. Casi toda la "mancha urbana" está por encima de ese nivel.

El asunto crítico es ¿qué tan por encima, y a qué distancia de un arroyo -abierto o entubado- por donde pueda entrar el río durante una fuerte sudestada?

Bastan tres inundaciones para que un inmueble común se deprecie en un ciento por ciento, y el estuario hoy sufre siete eventos anuales de magnitud suficiente como para provocar este tipo de inundaciones.

En un futuro no muy lejano, el valor inmobiliario de cualquier finca metropolitana podría ser función directa de su altimetría.

http://www.lanacion.com.ar/04/07/09/sl_616945.asp

 

Hoy, en el mismo momento de cierre de esta publicación, con el título “El Delta crece menos de lo esperado”, un nuevo artículo de prospectivas que surgen de estimaciones de cambio climático publicadas por el diario La Nación del 20/6/06 en su página 12, pone en boca del Dr. Jorge Codignotto del Laboratorio de Geomorfología, Dinámica costera y ambiental, de la Ciudad Universitaria, la misma noticia alrededor del “crecimiento del nivel de los mares que ha comenzado a manifestarse en el crecimiento menor de los deltas del planeta que actualmente se hallan en pleno proceso de destrucción”.

Opinión generalizadora de gran exageración, y tan distorsionadora de nuestra realidad concreta, que me gustaría saber a lo que apunta.

Señala por ello que aquí esta cuestión no es tan evidente porque ha sido compensado por el aumento de los caudales de nuestros grandes ríos.  De todas maneras se estima que en el 2100 el estuario estaría, aprox. 1,13 m arriba del nivel actual.

Sin duda, todo esto es muy interesante; pero vuelvo a recordar que mis observaciones no son prospectivas, sino que hablan de groseras intervenciones humanas de cegamiento; tal el caso del refulado del Emilio Mitre y el forzado estrechamiento del Luján por parte del Club Náutico San Isidro en su misma salida al estuario, a niveles fulminantes para una energía que siempre se expresaba en el sostén del canal natural costanero, ahora moribundo.

Y cuyas consecuencias sólo aportan a los sueños de los mercaderes de suelos que verán, con los mares y mareas que sean, de una u otra forma, cumplidos sus sueños.

Las imágenes que presento de estos dislates cometidos y bien instalados en nuestra triste realidad, no surgen de un laboratorio que investiga ciclos geológicos de 15.000 o 40.000 años; sino del ciclo de 50 años de una Vida que recuerda por haber visto, y apunta a lo que ya se ve.

Si no somos capaces de ver el presente concreto que frena y tapa al estuario  con refulados y con mil inmundicias; cómo habremos de tomar nota de esos pronósticos de elevación de los mares y más fuertes sudestadas, que dejarían a Palermo Chico, el Bajo Belgrano y la avenida del Libertador de punta a punta, con un metro de agua cada vez que soplara fuerte sudestada.

Por las salidas pluviales ya se ha comprobado que en tales circunstancias, el agua entra en lugar de salir. Y más vale no pensar lo que pasará entonces.

Pero cómo evitar señalar, vuelvo a repetir, en lo que hoy está pasando con el canal natural costanero moribundo. Y en las consecuencias insufribles que en 20 años deparará la polución y la contaminación, si hoy no se advierten y corrigen.

Si esto está oculto, no es por invisible, sino por tapado.
Destapemos este presente y exhibámoslo.

 

Aunque ninguna de ellas toca los temas hidrodinámico, termodinámico e hidroquímico en las riberas de la ciudad; ni los temas de polución de hidrocarburos y contaminación; nos pareció útil incorporar hipervínculos a dos notas sobre estudio de mareas que corresponden a físicos en dinámica costera aferrados al catecismo de turno.


CIRCULACIÓN ESTACIONAL Y CORREDORES DE FLUJO EN EL ESTUARIO DEL RÍO DE LA PLATA SOBRE LA BASE DEL MODELO HAMSOM/CIMA

Virna Meccia, Claudia G. Simionato, Walter Dragani, y Mario N. Núñez

Todos ellos, repito, devotos del catecismo del oleaje oblicuo y la deriva litoral.

 

Sigue finalmente un hipervínculo a la nota de Enrique E. Boschi sobre

EL ECOSISTEMA ESTUARIAL DEL RIO DE LA PLATA

 

El capítulo que sigue introduce a ilustraciones y textos sobre contaminación

. Cap. 1 . 2 . 3 . 4 . 5 . 6 . 7 . 8 . 9 . 10 . 11 . 12 . 13 . 14 . 15 . 16 . 17 .

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