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Generación de nuevos ecosistemas litorales por albardones de relleno en la costa de la ciudad de Buenos Aires Silvia Marcomini y Rubén A. López En la diagramación del diseño de un albardón de relleno debe considerarse como objetivo no solo ganar terreno al río sino que también el tipo de ecosistema que se generará asociado a dichas estructuras. Los nuevos ecosistemas generados deben ser cuidadosamente planificados y manejados por las autoridades municipales para definir una línea de costa definitiva para la ciudad de Buenos Aires. el sector de costa más modificado de toda la Argentina, a tal punto que ha perdido totalmente sus características originales. Estos cambios se iniciaron en 1836 y continúan en nuestros días. Las modificaciones en la configuración de la línea de costa han afectado directamente la hidrodinámica del sistema litoral. Son escasos los trabajos que han analizado los cambios morfológicos costeros de la ciudad de Buenos Aires, entre ellos se destacan el efectuado por Yrigoyen (1993), Holocwan (1996), Pereyra et al. (2001) y desde un punto de vista más regional cabe mencionar el trabajo de Cavallotto (1995). En la hidrodinámica costera del estuario es importante resaltar la diferencia existente en el transporte entre las corrientes provenientes del noroeste y sudeste, ya que es un factor fundamental a tener en cuenta en la estimación de la cantidad y granulometría de los sedimentos depositados en las inmediaciones de las estructuras de protección de costa López y Marcomini (1993), Herrera (1993), López y Marcomini (1995). Las consecuencias de estos pulsos hidrodinámicos se ven reflejadas en la evolución de las morfológicas costeras naturales. Las morfologías indicadores de deriva litoral neta en la ciudad de Buenos Aires e inmediaciones fueron: 1) Desvío hacia el norte de las desembocaduras de cursos o arroyos naturales o artificiales que desembocan en el río de la Plata (Fig. 2). Figura 2: Cursos de agua artificiales desplazados hacia el norte por las corrientes de deriva litoral generadas durante las sudestadas, arroyo Sarandi, partido de Avellaneda. 2) Embancamiento en las escolleras de acceso a puertos o amarraderos. 3) Incremento en las tasas de colmatación en cuerpos de agua de circulación restringida cuya desembocadura apunta hacia el norte (Ej: Ciudad Universitaria, Carrasco - Muelle de Pescadores). En estos tres puntos los autores refieren de la deriva litoral aún sin mencionarla en los puntos 2 y 3. Lo que queda en claro es que sus consideraciones hidrodinámicas al apuntar a las salidas hacia el Norte, nunca fueron alcanzadas por consideraciones termodinámicas que les hubieran permitido entender: los orígenes de la deriva litoral fundados en cualquier cosa menos en la famosa “ola oblicua” que sostiene los catecismos de mecánica de fluidos. La retroalimentación que sostiene de las advecciones mareales y por ello su hipersincronicidad mareal. La retroalimentación que sostiene de las aguas caldas de las salidas tributarias. La posibilidad misma de estas salidas que con principios de mecánica de fluidos, salvo en escurrentías de lluvias jamás verían salida. La ordenada sedimentación del löss fluvial que acarrean los tributarios para formar por capa límite térmica los cordones litorales con sus magníficos bordes cuspidados, que en el catecismo de mecánica de fluidos aparece acreditado a la famosa ola. El demorado capítulo de sedimentología que tendrán que escribir de nuevo, aunque les pese en el alma haber estado durmiendo en un universal catecismo durante muy largo tiempo. Por fin alcanzarán a explicar los hallazgos de Ronald Waterman sobre las “costas blandas” que este mismo no alcanza a explicar. En numerosos hipertextos del sitio http://www.alestuariodelplata.com.ar miro estos temas. Ver por caso el Capítulo III ... 26/8/06 al cuidado de los fondos mínimos y máximos . Págs. 26 al mayor respeto de las líneas de ribera . Págs. 27, 28, 29 + información en http://www.lineaderiberaurbana.com.ar a las ignoradas hidrotermias . . Págs. 30, 31, 32 , 33, 34, 35 a la nueva salida del Riachuelo .. Págs. 36 Capítulo V ... 30/8/06 al Efecto Alflora de las cuñas hidrotérmicas . Págs. 47 Capítulo VIII ... 5/8/07 Termodinámica de salidas, fondos y riberas Pag. 60 . 61 . 62 . 63 . 64 Capítulo X ... 7/11/07 Al epílogo de las creencias sobre la ola oblicua como factor determinante de la deriva litoral . Págs. 71 ... 72 ... 73 ... 74 ... 75 ... 76 Capítulo XIV ... 14/6/08 Corredores de flujos termodinámicos . . . Pág. 93 Capítulo XVI ... 20/8/08 La Boca del Riachuelo . Pág. 96 , 97 , 98 , 99 , 100 , 101 , 102, 103 , 104 , 105 , 106 , 107 , 108 Capítulo XVII ... 24/7/08 Urgencias atadas a pulsos del Riachuelo . P ág. 109 . 110 y creación de nuevas áreas . . . Pág. 111, 112, 113 Capítulo XIX ... 28/12/08 Contrastes y desperdicios de energía . Pág. 123, 124 Convecciones externas estuariales . Pág. 125 Sin duda, en los tres años que este tema me lleva ocupados, he alcanzado a sumar mirada sobre numerosos enfoques que se desprenden de transferencias de energía convectiva en aguas someras y de ello dan prueba estos 38 hipertextos y cientos de ilustraciones. Siguen los textos de Marcomimi y López Geomorfología costera Del análisis de la geomorfología actual se distingue la presencia de dos niveles de terrazas, la terraza alta y baja (Yrigoyen 1993). La terraza alta esta representada por la meseta Pampeana ubicada a una cota de más de 20 m de altura. La terraza baja es el resultado de un evento estuárico marino que ocupaba una cota de 2 a 5 m asignable al Holoceno. En la actualidad su morfología está totalmente alterada por los sucesivos rellenos realizados en la ribera de la ciudad. El nivel mencionado se conserva actualmente en el sector sur entre La Plata y Quilmes donde se distingue la presencia de cordones litorales subparalelos constituidos por arenas limosas, y una playa actual integrada por una morfología de barras y canales subparalelos (Fig. 3). Estas geoformas reconocidas son equivalentes a las que conformaban originariamente la costa de la ciudad de Buenos Aires. Figura 3: Sector de la costa de Quilmes donde se distinguen las morfologías originales equivalentes a las que conformaban el litoral de la ciudad de Buenos Aires. a) antiguos cordones litorales, b) playa actual. Las características morfológicas originales de la costa (barrancas, desagües naturales, arroyos, playa, lagunas y bajos anegados), se hallan totalmente alteradas por la acción antrópica. Las pendientes de las barrancas fueron modificadas para facilitar su circulación y sólo se pueden observar sus formas originales en lugares puntuales de la ciudad como Parque Lezama y al norte del barrio de Belgrano. El Riachuelo fue canalizado y rectificado en distintos sectores de su curso, su planicie de inundación fue parcialmente ocupada. A los arroyos Medrano, Vega, White, Maldonado, Manso, Tercero del Medio y Tercero del Sur, se les modificaron sus hábitos originales y fueron entubados y/o canalizados. Los depósitos actuales se deben a la acción de la dinámica natural del río y su interacción con la composición y disposición aleatoria de los rellenos. En algunos sectores de costa, más comúnmente entre Carrasco y Ciudad Universitaria, se pueden observar durante las bajantes, bancos subparalelos alineados de ancho entre 25 y 45 m de longitud de onda que ocupan extensiones variables entre 150 y 500 m. Las barras y canales longitudinales reflejan la dinámica natural del estuario del Río de La Plata y están constituidas por arenas limosas (Fig.4). Longitud de onda que debería alcanzar anchos de 150 a 180 m en condiciones de respeto natural. Y que al entrar en la zona de Vicente López comienzan a desbordarse para superar en San Isidro los 4 km de ancho. Deriva litoral desbordada que he dado en llamar “hidrotermias”. En otros sectores la configuración de la costa está en desequilibrio con el medio que la rodea, producto del rápido avance por la acción de rellenos sucesivos, que no le no le permitieron a la costa del estuario alcanzar el perfil de equilibrio. No obstante ello la hidrodinámica actual, sumado a la alta productividad primaria y secundaria característica de los sistemas estuariales generaron nuevos ecosistemas costeros caracterizados por una alta tasa de crecimiento.una progradación que varió de 400 a1.000 m dependiendo del sector costero. Muy ninguneadas estimaciones. De lo que se desprende de las ilustraciones antiguas mostrando al perfil urbano de las barrancas alcanzando el borde del estuario, la progradación en la capital varía de los 1700 a los 3100 metros, complicando las salidas de todos los sistemas de escurrimiento y habiendo asfixiado a todos los corredores de flujo costaneros que ponían límites naturales a la deriva litoral muy mal definida por los autores de estos textos. El periodo durante el cual mayores áreas fueron rellenadas fue entre 1964 y 1991. Las superficies rellenadas durante este intervalo corresponden en un 80% al sector de Reserva Ecológica y la ciudad Deportiva de Boca y en un 20% al sector de costanera norte. En este último sector las obras fueron realizadas en forma aislada y dieron lugar a la formación de Costa Salguero, Carrasco y Ciudad Universitaria. Otro tipo de diseño de relleno es el albardón tipo barrera, el cual se dispone paralelo a la costa sin conexión con la misma. Se genera así una isla paralela a la costa que delimita un cuerpo de agua de poca profundidad que tenderá a la colmatación. En el sector continental se producirá incremento en la acreción con formación de una planicie de progradación estuárica y a su vez el cuerpo lagunar tenderá a rellenarse generando una planicie de marea, canales para evacuación de las corrientes de flujo y reflujo y un sector de marisma de agua dulce. Ejemplo de este tipo de cierre se pueden observar en el puerto de Buenos Aires (Fig. 6). En este caso las morfologías evolutivas típicas no se hacen evidentes por constantes tareas de dragado que alteran las tasas de sedimentación, así como también la implantación de especies por incremento de la turbidez y resuspensión de contaminantes que modifican la producción primaria. Figura 6: Foto aérea que muestra un albardón de relleno de tipo barrera en la zona del puerto de la ciudad de Buenos Aires. Su evolución se ve alterada por las sucesivas tareas de dragado para el mantenimiento del puerto. Los albardones han sido diseñados por lo general con cotas de coronamiento que superan los 5 m, los registros mareográficos para tormentas extraordinarias en el río de la Plata no han superado los 4,40 m en los últimos 100 años. Error: llegó a los 5,24 m el 5 y 6 de Junio de 1805; por ello, en la recurrencia de 100 años, en las obras de defensa del Riachuelo se consideró la necesidad de su elevación a los 5 m. Las mareas ordinarias afectan los ecosistemas inducidos en los diseños de albardones tipo bahía, barrera y espiga. En los dos últimos se genera bidireccionalidad de corrientes asociados a los ciclos mareales. En condiciones de colmatación llega a desarrollar morfologías tales como: planicie de marea, canales y marismas de agua dulce. Los registros mareaográficos y del nivel del río muestran que estos ecosistemas están sometidos a fluctuaciones de unos 6 m durante períodos extraordinarios y de hasta 3,8 m en los ordinarios. Lo que indica que las características micromareales podrían verse alteradas frecuentemente y presentar rasgos morfológicos semejantes a los asociados a sistemas mesomareales.
Dos casos tipo han podido documentarse a efecto de describir modelos evolutivos: Caso tipo: Ciudad Universitaria La costa de la Ciudad Universitaria estaba integrada por una planicie de progradación estuárica observada en las fotografías aéreas del año 1964 (Figs. 7a y d), de 180 m de extensión que posteriormente fue rellenada para la construcción de la Ciudad Universitaria. Esta morfología colmataba una bahía artificial conformada por albardones de cierre de un relleno anterior que generó un lago posteriormente colmatado por relleno artificial. Al sur de esta planicie, a la altura del Pabellón 2, se observaba la desembocadura del arroyo Vega que drenaba directamente al río de la Plata. Figura 7: Fotogramas aéreos y esquemas que muestran la evolución costera, variación de las geoformas y su relación con la hidrodinámica del estuario entre los años 1964 y 1998 en Ciudad Universitaria. Posteriormente, se construye un albardón de cierre artificial con una configuración paralela a la costa, unida al continente desde Parque Norte, separada de la costa unos 200 m, con una longitud de aproximadamente 1000 m (Figs. 7b y e). Este sistema costero generado artificialmente se asemeja a una espiga en gancho compuesta. La evolución de este sistema costero generado artificialmente es semejante al modelo de Lucke para lagunas costeras (Oertel et al. 1989). La morfogénesis de la laguna corresponde a un sistema costero semicerrado conectado hacia el norte con la hidrodinámica del estuario, influenciado por la acción de las mareas con una tasa de colmatación muy intensa debido al gran aporte de sedimentos del río de la Plata que ingresan y decantan en el sistema albuférico. Es probable que esta mirada esté bien errada y los sedimentos sean los precipitados por capa límite térmica entre las aguas caldas de la albufera y las aguas frías de la advección mareal. Todos los sedimentos allí corresponden a löss fluvial. Se ha observado sobre la base de variaciones morfológicas la siguiente evolución: a) Generación de una laguna costera artificial profunda. b) Relleno progresivo de la laguna costera con sedimentos entrampados por el albardón de relleno acumulados por la hidrodinámica natural del río. c) Formación de marisma y planicie de marea en el sector protegido de la espiga (Fig. 7c y f), con el consecuente desarrollo de ecosistemas asociados (Fig. 8). Figura 8: Fotografía aérea que muestra la morfología actual de Ciudad Universitaria, se distingue: a) albardón de relleno, b) marisma, c) canales de marea. d) Colmatación de los canales de marea y las planicies hasta que finalmente se transforman en un pantano con canalizaciones fluviales. Los llamados canales de marea siempre se colmatan y dan lugar a uno nuevo inmediato paralelo. Así es como se manifiestan las acreencias costaneras naturales. Lo mismo aquí que en la China. Si bien las tasas de colmatación son rápidas en el interior de la laguna costera, no se ha observado migración natural de la punta de la espiga artificial por la hidrodinámica natural, debido posiblemente al gran avance del relleno sobre este sector del río lo que hace que la batimetría sea muy profunda para generar depósitos en las márgenes dístales. Tan rápidas en el interior de la laguna, como en la Vuelta de Rocha, 3,5 km riberas adentro de la boca del Riachuelo. Hasta allí sostienen ganancia los vectores de energía que llevan las advecciones mareales, para luego forzar por capa límite térmica, la precipitación sedimentaria que baja por el Matanzas. Por ello la Vuelta Rocha ya casi no tiene agua. Y su antigüedad no es mayor a los 180 años. Eventración en el intestino delgado del Riachuelo que se generó a partir de Abril de 1786 en oportunidad de romperse la curva del cordón de salida y dejar expuesto el curso interior a las advecciones mareales que ahora tenían vía libre para taponar la salida. Este diagnóstico elemental aún no ha conocido la luz del día. Y la Suprema Corte, por mirada ciega de toda la comunidad académica confía en ver la llegada de un mesías capaz de limpar intestinos de un cuerpo sin flujos y por ello, sin Vida.
Caso tipo: costanera sur Los rellenos en la costanera sur se iniciaron a partir del año 1965 (Fig. 9a), mediante el emplazamiento de un sistema de albardones semicirculares que encerraban cuerpos de agua a manera de lagunas y que posteriormente fueron rellenados. Estas obras se abandonaron y los ambientes evolucionaron en forma natural generando un ecosistema propio (Figs. 9a, b, c yd). El albardón artificial dio origen a una laguna aislada que evolucionó en forma semejante a una albufera cerrada por una espiga de barrera en proceso de colmatación. Se generaron sistemas de lagunas, como la de Los Coipos y la de Los Patos, y pantanos como la laguna de Los Gansos (Fig. 10), que quedaron aisladas de la hidrodinámica natural del estuario y cuyo nivel es regulado principalmente por las precipitaciones y variaciones del nivel freático. Figura 9: Fotos aéreas y esquemas evolutivos de los cambios morfológicos producidos entre los años 1964 y 1998 en costanera sur. Figura 10: Vista de la laguna de los Gansos, en estado de colmatación por la acumulación inducida por la vegetación con formación de pantanos. Discusión La costa actual de la ciudad de Buenos Aires no conserva las características naturales por lo cual la valoración del paisaje es baja. No obstante ello, los ecosistemas??!! se han desarrollado rápidamente sobre las áreas rellenadas incrementando su valoración. Las altas tasas de depositación, la amplia disponibilidad de especies aportadas por el río Paraná, las condiciones climáticas y el ambiente estuarial hacen que nuevos ecosistemas se regeneren en periodos cortos estimados entre los 10 y 20 años. Ejemplos de este tipo de recuperación natural en sistemas costeros generados por relleno artificial sin planificación ni forestación previa se destacan en Ciudad Universitaria y en la reserva ecológica. Si eso es un ecosistema, también un basural tendrá la oportunidad de alcanzar ese nombre con alguna paciencia mayor. Un área de rellenos que compromete los flujos vitales para las riberas urbanas, lo único que tiene de ecológico es la ilusión de algunos luchadores para impedir que los mercadres de suelos se hagan de ellas. La planificación de las actividades de relleno deberá realizarse teniendo en cuenta el diseño espacial de los albardones, ya que en cada caso se iniciará la formación de un sistema costero diferente con distintos subambientes asociados. Antes de emprender cualquier proyecto parcial es necesario efectuar una política de manejo regional que abarque los municipios lindantes de manera de diagramar una configuración definitiva de la línea de costa que involucre aspectos sociales, culturales y económicos de la población tendientes a generar espacios naturales y de recreación. Todo muy lindo, pero ni una sola línea de la materia flujos. De lo anteriormente expresado surge como objetivo básico para un manejo racional de la costa de la ciudad de Buenos Aires, la necesidad de proponer una línea de costa "definitiva" planificada entre la ciudad de Buenos Aires y los municipios del conurbano: Tigre, San Fernando, San Isidro, Vicente López, Avellaneda y Quilmes, entendiéndose por definitiva, que la configuración proyectada no sufra cambios por rellenos futuros que no sean los propios producidos por la dinámica del río de la Plata. La misma deberá planificarse teniendo en cuenta el modelo propuesto mediante el cual es factible predecir, sobre la base de la configuración y diseño del albardón de cierre los futuros subambientes costeros que se generarán considerando la acción de la hidrodinámica natural imperante. “La acción de la hidrodinámica natural imperante” es precisamente la materia menos mentada y al mismo tiempo la más ignorada de cómo funciona. Conclusiones El factor antropogénico debe ser considerado como un importante proceso morfogenético en la evolución costera de la ribera de la ciudad de Buenos Aires. La configuración de la línea de costa artificial condiciona la evolución de los futuros ecosistemas litorales naturales. La progradación de la línea de costa por relleno artificial no solo ganó terreno al estuario, sino que también generó nuevos ecosistemas tales como lagunas costeras, marismas de agua dulce, pantanos, planicies de marea y lagos. Las acciones antrópicas que han influenciado en mayor medida la generación de nuevos ecosistemas son: la disposición, diseño y morfología de los albardones y las tareas de dragado. La primera actúa en forma estática, ya que al variar la configuración de la línea de costa se inducen alteraciones hidrodinámicas tales como cambios en los ángulos de incidencia de trenes de olas, entrampamiento de sedimentos. Las segundas son dinámicas, se llevan a cabo durante un largo tiempo y modifican las tasas de depositación natural (dragado). Ninguno de los albardones de relleno acierta a integrarse a los delicados flujos. Todos los bastardean sin que a nadie le preocupe esta materia. El presente trabajo fue realizado en el marco del convenio entre el Departamento de Ciencias Geológicas de la Universidad de Buenos Aires y la secretaria de Planeamiento Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
TRABAJOS CITADOS EN EL TEXTO Codignotto, J.O. y Marcomini S.C., 1993. Argentine Deltas Morphology. Proceedings of The Eighth Symposium on Coastal & Ocean Management. Coastal Zone 93. Nueva Orleans. U.S.A. I: 323-336
Este trabajo ilustra los cambios realizados por el hombre en las riberas urbanas y propone seguir bendiciendo los criterios sobre los procesos hidrodinámicos que han quedado signados por estas intervenciones y de los que, sin embargo, en materia de flujos ribereños, nada hablan. Poco hablan y nada proponen de los problemas en las salidas tributarias. Toman en cuenta los usos y costumbres, pero en ningún momento recrean consideraciones alrededor de los canales naturales costaneros subparalelos, cuya existencia reconocen perdidas; sin aportar a cambio, valoración alguna a sus utilidades y a su condición de irremplazables por las propuestas anteriores. Siguen apuntes del texto en cuestión: La terraza baja es el resultado de un evento estuárico marino que ocupaba una cota de 2 a 5 m asignable al Holoceno. En la actualidad su morfología está totalmente alterada por los sucesivos rellenos realizados en la ribera de la ciudad. El nivel mencionado se conserva actualmente en el sector sur entre La Plata y Quilmes donde se distingue la presencia de cordones litorales subparalelos constituidos por arenas limosas, y una playa actual integrada por una morfología de barras y canales subparalelos. Estas geoformas reconocidas son equivalentes a las que conformaban originariamente la costa de la ciudad de Buenos Aires. Las barras y canales longitudinales reflejan la dinámica natural del estuario del Río de La Plata y están constituidas por arenas limosas. En otros sectores la configuración de la costa está en desequilibrio con el medio que la rodea, producto del rápido avance por la acción de rellenos sucesivos, que no le permitieron a la costa del estuario alcanzar el perfil de equilibrio. El equilibrio en el Norte de la costa urbana desapareció con la rotura de la curva del cordón litoral que daba salida al arroyo Sarandí a fines del siglo XVIII. Más o menos en la misma época en que se rompió el de salida del Riachuelo. El del Norte fue rápidamente agravado por la construcción de la escollera del puerto de San Isidro que inauguró el desvío en aprox 45° y estrangulamiento del Luján de 580 a tan sólo 220 m en el ancho de su salida al estuario. 100 años atrás el CNSI comenzó a extender sus dominios sobre los naturales cauces del Luján. La palabra “dominio” se impuso a toda otra consideración. La palabra “línea de ribera “ quedó supeditada a sus caprichos. Las obras de relleno modificaron la morfología original del área desde la época de Rosas y los cambios antrópicos en la configuración de la línea de costa han producido importantes variaciones en los desagües naturales de arroyos que drenaban hacia el estuario por cambio en las pendientes y en la capacidad de transporte de sedimentos, contribuyendo a incrementar la superficie de la terraza baja y en consecuencia modificando los drenajes naturales y creando una nueva configuración en la línea de costa, que afectó la hidrodinámica litoral. La costa actual de la ciudad de Buenos Aires no conserva las características naturales por lo cual la valoración del paisaje es baja. La necesidad de proponer una línea de costa "definitiva" planificada entre la ciudad de Buenos Aires y los municipios del conurbano: Tigre, San Fernando, San Isidro, Vicente López, Avellaneda y Quilmes, entendiéndose por definitiva, que la configuración proyectada no sufra cambios por rellenos futuros que no sean los propios producidos por la dinámica del río de la Plata. La misma deberá planificarse teniendo en cuenta el modelo propuesto mediante el cual es factible predecir, sobre la base de la configuración y diseño del albardón de cierre los futuros subambientes costeros que se generarán considerando la acción de la hidrodinámica natural imperante. La configuración de la línea de costa artificial condiciona la evolución de los futuros ecosistemas litorales naturales. La planificación y predicción sugeridas avalan la acción de la hidrodinámica natural imperante, que de “natural” tiene sólo lo obligado por el hombre. Al ignorar las convecciones internas, cuyos flujos verticales siempre fueron los responsables del sostén y las transformaciones de las riberas, erran todo diagnóstico de cómo hacer viables las salidas tributarias y vertederos urbanos que siempre terminan sedimentando en su propia boca de salida. Si rescatamos los valores que aportaban las barras y canales longitudinales subparalelos, reflejando la dinámica natural del estuario del Río de La Plata hoy perdidas muy gravemente en San Isidro y Vicente López, será fácil estimar la necesidad de restauración y preservación. Pero aún con esa estimación no será posible alcanzar solución en la realidad, porque la delicadeza de estos procesos de formación y sostén de los cordones litorales no admite el más mínimo contacto con aglomeración urbana alguna. Tal su extrema delicadeza. Los caminos para intentar asistir remediación ya aparecen condenados antes de empezar a trabajar. En adición de carencias, ninguna mirada profunda a estos segmentos de flujos verticales alcanzan nuestros "especialistas en dinámica costera”. Para tener alguna idea de estas transformaciones por tan bellas como criminales acreencias costaneras nos apoyaremos en el eje de la Avda Juan B. Justo que hace 180 años reconocía las aguas llegando a la Avda del Libertador. Los arcos del Paseo de la Infanta que en el 1900 allí descubrían el nivel de sus afloraciones, hoy están enterradas más de 1,5 m debajo de todo tipo de basuras. Me tocó alcanzar el inicio de las fundaciones de esas obras y hablo por experiencia propia. 200 años antes toda esa zona estaba bajo las aguas. Ya no se trata entonces de imaginar bajantes de las aguas, sino, subientes de las tierras. Allí mismo Rosas se dedicó durante décadas a rellenar con extracciones que traía de las Barrancas de Belgrano. Hoy el Director General de Gestión de la Ribera de la ciudad de Buenos Aires se disculpa con valiosa humildad de todas las dificultades para darle lugar y valor a los flujos antes que a las costas y así proyectar sus cuidados. Nunca el Ambiente fue el actor en juego, sino el discurso sobre los dominios y los distintos intereses en ellos. Estas han quedado prisioneras del discurso único y nadie sabe cómo empezar a hablar de ellas en extendidos contenidos, motivos y finalidades. Ver imagen de la suavidad del perfil de la ribera antes de que la ciudad deportiva y la reserva hicieran estragos de la línea de ribera Francisco Javier de Amorrortu, 21.5.09
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