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Mis primeras personales advertencias 8322 Has. 255 m3/s. Insuficiencia de estos túneles propuestos, para conducir los excedentes de una tormenta de 2 años de recurrencia. 45 mm en 3 hs., es el resultado de lo obrado en 1936 errando en más de un 100% sus cálculos El drenaje secundario hoy propuesto prevé alcanzar solución a tormentas de 10 años de recurrencia. Al final del ciclo de humedades se reconoció que las tormentas que hasta entonces se acreditaban a recurrencias de 10 años, ahora se nos regalaban en las recurrencias de 3 años. La tormenta de diseño seleccionada no se corresponde con ninguna medida preventiva que asista criterios de hidrología urbana, pues reconoce apoyos en recurrencias menores a 100 años. No son vacas las que venimos a cuidar, ni los que estamos siendo demandados por este EIA. Recuerdo un informe de la Directora de Hidrología de la Autoridad del Agua elevado por exp 2436-3969/04 la Ing. Ana Strelzik acercando pautas hidrológicas extrapoladas de un informe del Instituto de Hidrología Pedro Picandet para el arroyo Burgueño con cuenca aprox. de 13.000 Has, 25 km la longitud del curso principal, desnivel hasta la confluencia de 30 m. y suelo en más de un 95% rural y por ende con alta capacidad de absorción. Su informe al respecto había sido elevado al Presidente de la AdA. Ing. Oroquieta un 18/9/05, a través de este exp 2436-3969/04; y en la recurrencia de los 100 años le apuntó ¡¡¡632,4 m3/s!!!. a este Burgueño. Está muy claro entonces que la canalización subterránea del Maldonado con exigencias bastante mayores, pues es su suelo impermeable en más de un 95%, jamás lograría hacerse cargo de sus escurrentías. Los 87,5 m3/s y los 102 m3/s de los 2 túneles que promete el proyecto sin garantía alguna, son sólo consuelo para los sueños de nuestros verdugos escurridores que no les interesa instalarse en hidrología urbana, sino en cualquiera que no escape a sus presupuestos aunque no sirva para nada. Tan es así este largo macaneo de tirar cifras que nadie verá jamás corroboradas y comprometidas en EIA alguno con soporte de modelación, hidrometrías y testimonios vecinales que ajusten las variables, que cuando refieren de la altura máxima de anegamientos históricos en el estuario donde construirán la salida, apuntan a los 3,6 m para las cotas máximas estuariales en la recurrencia de 100 años. Y bien sabe el Ing Zalabeite, hoy asesor de jefatura de Gabinete y unas cuantas tareas extraordinarias realizadas en su larga Vida, que cuando tuvo que dirigir la obranza de las defensas del Riachuelo se pusieron a trabajar con otra seriedad y por ello no quisieron avanzar de acuerdo con lo que tuvieran en el bolsillo para hacer la obra que fuera; sino, comenzar por primera vez en la historia de esta bendita ciudad a aplicar criterios de hidrología urbana; esto los movió a aplicar recurrencias de 100 años y así llegaron a la conclusión de que la cota de la obra debía alcanzar los 5 m del IGM. Cuando me comentó esta referencia, le devolví comentario apuntándole a la máxima histórica del 5 y 6 de Junio de 1805 que alcanzara a destrozar la ciudad en toda su parte baja al alcanzar los 5,24 m. Con esto quedaba probado que la modelación a 100 años había sido correctamente evaluada en la suma de tantas variables que la asistieron. Y también prueba que la información de 3,66 m alcanzada al EIA es una ... sin otro sustento que la desesperación por alcanzar estos sueños de planteos ingenieriles abyectos a toda propuesta que los acerque al ordenamiento territorial, uso del suelo y acopio de información hidrológica de cosmovisión que supere los 10° de sus anteojeras. Avanzar con una obra que no cuenta con fundamentos sanos de hidrología cuantitativa y cualitativa urbana, ni acerca información veraz, ni responde a un plan regulador de uso del suelo que la ciudad debería haber comenzado a cultivar hace 100 años, ni avanza un milímetro con ellos; ni cuida sus riberas, ni acerca gestión de proyección de sus cuidados, ni ha cuidado jamás en su historia sus flujos inmediatos, ni ha resuelto el más mínimo de los descomunales problemas que cargan los tributarios estuariales, ni ha permitido que el Instituto Nacional del Agua se abra a la comunicación horizontal de estos problemas sin ver amenazados sus presupuestos, que por ello son los más ajenos a estos problemas que nunca miran porque es inútil mirar por ellos, que dedican el 0,01% de la extensión de los documentos publicados a hablar de hidrología u ordenamiento urbano, y en cambio dedican cientos de páginas a hablar de la bendita gestión de la soñada obra, como si no fuera mucho más importante y necesario, verla primero morir a palos para ver si después de la paliza resuscita. El mismo debate cabe con la materia ordenamiento territorial siempre prometido, callado, ladeado, velado. Estos actores nunca apreciaron cultivar hidrología urbana y amasar sanos criterios de uso del suelo, sino obranzas hidráulicas casi tan grandes como sus permanentes decepciones con los problemas estuariales y tributarios sin solución a la vista. Decepciones que no hablan de falta de dinero, sino de falta de talento para diagnosticar. Si en algo exagero, que exhiban los trabajos de hidrología "urbana"; o las defensas del ordenamiento territorial y uso del suelo que pudieran haber hecho. Y que no vengan con recurrencias de 10 años con el argumento de que no tenemos más presupuesto, porque el presupuesto mínimo de esta litis se cocina en hidrología urbana, no en una tunelera. Respecto de los flujos tributarios de planicie extrema y de las aguas someras inmediatas a las riberas estuariales urbanas, sus soberbias anteojeras les han impedido a ellos y a sus pares universales, mirar con herramientas elementales otras ramas de la ciencia que estudian transferencias de energía. Se han empecinado en mecánica de fluídos y la han empaquetado y encorsetado con un catecismo de ola oblicua tan obtuso, que llevan siglos paralizados. Los mismos físicos en dinámica costera y hasta los propios sedimentólogos han quedado atrapados en esa ola. Un par de años atrás fui a consultar a un par de físicos en dinámica costera sobre estos temas que hoy me desvelan para ver de alcanzar opinión que me ayudara a conceptualizar lo que mis ojos veían en cercanía de las riberas donde transita la deriva litoral. Al tiempo que recorrían prestas sus miradas sobre cientos de imágenes descargadas de un CD que les aportaba, me invitaban a sumarme al coro de catecúmenos de la ola oblicua que ya a sus maestros inspiraba. Quise insistir en que miraran primero las imágenes que buena cantidad de paradojas arrojaban y al fin logré que mi insistencia tuviera como respuesta ver el CD arrojado con fastidio sobre la mesa al tiempo que señalaban mi soberbia por no aceptar participar con fe ciega de sus catecismos. Y hasta confesaron que si me vieran hablar con alguno de sus discípulos le apartarían de inmediato. De esos aprecios me nutrí para conceptualizar en soledad lo que aquí enuncio. Nunca más agradecido de haber salido despedido de esa congregación de escurridores. Y de aquí todo anticipo de nuestras abismales diferencias. Por esa mirada ciega, tapados sus ojos con las páginas amarillas de su catecismo medioeval, nunca, ni una sola vez han acertado a resolver las erosiones en las playas, ni valorado la función de los meandros de los cursos de agua en planicies extremas, ni valorado los respetos que desde Justiniano hasta el Código Civil acercan a los cuerpos de agua, siendo ellos los más desinformados de los marcos legales que con obstinación ingenieril desprecian, ni valorado las advertencias excepcionales de alguno de ellos, respecto de las llamadas "costas blandas"; que cuando hablan de ellas lo hacen sin alcanzar a develar y conceptualizar esos aprecios. Tan encerrados están en su medioeval hidrodinámica, tan obtusos en los modelos matemáticos y las delirantes extrapolaciones que retroalimentan en laboratorios obsoletos para mirar transferencia de masa, calor y termodinamica, tan pobres de bancos de imágenes que acompañen esas presunciones modeladas, tan alejados de las riberas inmediatas estuariales urbanas donde se acumulan las más infernales realidades, tan negadores de la deriva litoral a la que no han dedicado en 30 años una sola hora de estudios, tan descuidados del terremoto de problemas terminales urgentísimos que les acosa en los tratamiento de las basuras urbanas propuestos en las riberas, en los vertidos de aguas servidas e industriales, en la soñada dispersión que el INA estudia de las aguas ribereñas sólo más allá de los primeros 500 metros para no quedar sumergido en sus miserias, en la ausencia de trabajo de campo para estudiar la carga másica y las transferencias de masa, en el desprecio a los flujos verticales que se descubren en las delicadas convecciones naturales internas, y aprenderlas en la deriva litoral y en el acople formidable y superdelicado que los tributarios aprovechan para hacer factibles sus salidas, al tiempo que suman sus energías al sistema. Todo este universo hoy de infiernos y ayer de maravillas instrumentales naturales, aparece universalmente tapado por una legión de catecúmenos que nunca debatieron sobre la muy pobre enunciación de la segunda ley de la termodinámica; y así, sólo atendiendo procesos convectivos externos y despilfarrando energía, terminan multiplicando propuestas de todo tipo de planteos ingenieriles primarios que tras un largo siglo, aún hoy pretenden seguir luciendo en la interminable lista de fracasos; que por ellos la ciudad de Buenos Aires en materia hidráulica y de ordenamiento territorial es un desastre irreparable, que siempre por gracias de estos verdugos insiste en expandirse. Estos proyectos, reitero, no cuentan con estudios de hidrología urbana alguno; que probando su interés prudencial buscara justificar el avance de las famosas tuneleras. Todo apunta a que las tuneleras hagan su trabajo y poco importa estudiar con herramientas pulidas la sinceridad de sus prometidos resultados. Aún sin estas miradas tan viejas como nuevas, la probada demora en el pago de la pobrecita asistencia de la UNLP asistiendo modelización del bendito -(bendito por las aguas que mezcla)- pozo único con un tubito de PVC de 3,5 m de largo y 31.5 cm de diámetro, para así llegar tarde a la licitación, es garantía de la seriedad de todas las promesas que siguen respecto de las maravillosas obranzas y de la estanqueidad, mantenimiento y resistente envejecimiento que nos piden que con probada fe les acerquemos para ellos realizar la soñada obra que los elevará a los cielos. Ver el INFORME FINAL DE AUDITORÍA con informe ejecutivo Ampliación de los Ensayos Físicos de la obra de los Canales Aliviadores del Arroyo Maldonado Universidad Nacional de La Plata (UNLP)-Ampliación Convenio específico 30/09/05- Convenio Marco Nº 5/2005. Con fecha 30.11.06 la DGHDR solicita al SSIyOP suscripción de un nuevo convenio específico para la ampliación de los Ensayos Físicos de la Obra de los canales aliviadores del Arroyo Maldonado, cuyo marco lo constituye el Convenio Nº 5/2005 con la UNLP del 1.04.05 para “la concertación de programas de cooperación para la ejecución conjunta y coordinada de proyectos de investigación, docencia y/o extensión en áreas de mutuos interés”. Se solicita afectar gastos por $50.800 al Ejercicio 2007 y el Registro Compromiso Definitivo por dicho importe se realiza el 01.01.07 (pagándose mediante dos órdenes de pago de $25.400 cada una, el 20.04.07 y el 07.08.07). Con fecha 13.03.07 el DGHDR remite el convenio firmado a la DGContaduría a sus efectos; y desde esa fecha la actuación se encuentra sin movimiento 15. De la documentación analizada y de la que está agregada a las carpetas A fs. 164, habiéndose cumplido los pasos previos, la DGAdjunta TAyL lo remite a la DGContaduría. Esta es la última actuación, sin fecha ni firma dirigida al MPyOP-DGTAyL por la DG Contaduría, que dice: “Habiéndose procedido a efectuar las ordenes de pago pertinentes, se le remiten los presentes a los fines que estime corresponder”. 16. El organismo auditado en su descargo manifiesta que “…el plazo de finalización fue acordado al 27 de octubre de 2008. Las obras ya se encuentran finalizadas y a la fecha sólo se están realizando tareas de terminación y mejoramiento indicada por esta inspección”. Av. Corrientes 640 – 6to. piso – Ciudad Autónoma de Buenos Aires Teléfono 4321-3700 23 Del pago no surge que las pobrecitas conclusiones a que llega la UNLP pudieron ser aplicadas a los pliegos de la licitación; con el agravante que ha sido certificado en mayo de 2007, cuando ya se había iniciado el proceso licitatorio y los pliegos estaban aprobados. Contables - Informe de la Auditoría 16. El 83% de las Órdenes de Pago se emitieron fuera de término y conllevan un alto nivel de demora.
Promesas El EIA tal vez descubra la luz crepuscular del desastre que les espera, pero no los dolores de cabeza en el amanecer de una aventura de semejante envergadura. En esta ninguneada realidad quedó el plan de monitoreo con la UNLP. ¿En qué quedó el Plan de Eliminación de Espiches?! ¿En quedó el Proyecto de Gestión del riesgo hídrico?! ¿En que quedó el el programa de saneamiento costero a cargo de la Dirección General de Gestión de la Ribera y la coordinación de acciones para la eliminación de las descargas clandestinas?! Dicen asegurar la estanqueidad de los túneles por 100 años y no consideran que 100 años es un suspiro, repito, en la Vida de un Santuario millnario en años. Hablan de un programa anual para la realización de tareas de reparación de las fisuras que pudieran detectarse que dieran lugar a contaminación del agua del Puelche. ¡¿algún suicida les creería?! ¡84.000 dovelas percolando en el Puelche! ¿contratarán a mandinga para las reparaciones? ¿le pidieron presupuesto? Por qué no nos acercan noticia del acueducto de agua potable Bernal Villa Adelina y sus comprobadas fisuras acreditadas en fallos judiciales para así comenzar a decidir a quién creer. Con mucho mayores exigencias sanitarias y con mucho menor diámetro y sin embargo, váya ejemplo que nos acercaría para acompañar tan extraordinarias ingenuas promesas ingenieriles alrededor de unas juntas de neoprene que durarían 100 años, de unos bulones de acero que sumergidos en kweks pondrán a prueba sus promesas, de unos anillos cementados y de sus respectivas armaduras que alcanzarán en esas mismas aguas putrefactas y la mayor parte del tiempo estancadas, vida centenaria; de tapones para los encajes y cabezas de los bulones que serán pegados con epoxi en el clima de humedad infernal de las obranzas. Todas estos esfuerzos para alcanzarle al Puelche que lleva millones de años en su guarida la seguridad de que durante 100 años no infectará su Vida. Aunque fueran mil los años que prometieran sólo son un suspiro en la Vida de este santuario. Y basta un sólo día para infectarlo. ¿A quién se le ocurre que esta obra no volverá locos a todos los ingenieros que se comprometan con ella? ¿Qué espaldas creen que tiene Ghella para llevar esta obra a alcanzar realidad inútil centenaria estanqueidad?, si tendría que prometer millonaria estanqueidad. ¿Y cómo hará con las mil descargas a lo largo del recorrido y los empalmes transversales al conducto para no comunicar los distintos mantos entre sí, sin contaminarlos unos con otros y asegurar los encastres y su eternidad? ¿A quién se le ocurre hacer este infiernal listado de promesas y comprometerse en exigencias delirantes siendo mucho más sencillo mirar el 200 años demorado, natural y obligado plan de ordenamiento territorial?
MECANISMOS DE ENVEJECIMIENTO. Tradicionalmente se ha venido asociando el concepto de envejecimiento a los seres vivos y, quizá por extrapolación a las máquinas, y más concretamente a sus partes móviles. Hasta hace muy pocos años, la piedra, tanto la natural, como la artificial por extensión, se consideraban perennes, inmutables, carentes de evolución, de envejecimiento. Desgraciadamente no es así y elementos tan aparentemente inertes y estables como una perforación en el terreno, o sea un dren, o el cemento de inyección de una pantalla de impermeabilización, se ven sometidos a procesos de degradación, en algunos casos a velocidades superiores a los de los seres vivos. Siguen las promesas: Recomiendan implementación de medidas para mitigar los impactos generados por residuos urbanos sólidos y líquidos. Dicen que la ciudad de Bs As no cuenta con lugares apropiados para la construcción económica de lagunas de oxidación, aunque señalan que se requeriría disponer de terrenos de espacios verdes como el parque 3 de Febrero. Todas, propuestas con largueza prometidas y nunca cumplidas a pesar de ser fundamentales para las definiciones de la sustentabilidad de todo el proyecto. Ahora vuelven a decir que van a ser estudiadas. ¿¡Cómo creerles?! También refieren que el first flush del Maldonado podría ser derivado a la futura colectora ribereña. ¿Alguien conoce el destino que pudiera esperarle a esta que aún no ha pasado por las aulas? La generación de olores y otros problemas ambientales debidos al almacenamiento es el principal impacto negativo potencial identificado por ellos; siendo que los problemas que les esperan y multiplicarán a la salida son infinitamente más graves. Ojalá el problema fuera sólo de vapores y olores. Los gradientes de carga establecidos para imaginar el movimiento de las aguas han sido estimados con mecánica de fluidos y a la salida nada lograrán adelantar de sus propias sospechas si no es con mirada a termodinámica. Preven la posibilidad de recambio de las aguas estancadas en los túneles por frescas estuariales, sin estimar ni la capa límite térmica, ni la hidroquímica, ni los comportamientos termodinámicos para este supuesto intercambio. En todos los cursos entubados la presencia de E. Coli implicando contaminación fecal está asegurada por la existencia de vuelcos cloacales clandestinos y efluentes industriales. La presencia de sólidos sedimentables afectará a muerte la vida del conducto, en especial, en las inmediaciones de su salida; tanto dentro como fuera del conducto. La formación de bancos a la salida está asegurada por la precipitación sedimentaria que roban a las caldas aguas exteriores, al enfrentar los flujos transportadores de estos sedimentos, diferencias térmicas que jamás han sido consideradas. Los efectos piezométricos hacia aguas arriba incrementarán los daños por inundaciones. En lo que tendría que ser un capítulo dedicado a piezometrías no hablan ni muestran diferencias de parámetros hidrodinámicos, ni termodinámicos, ni hidroquímicos, ni evalúan la incertidumbre de los resultados que pudieran obtener. Si quisiéramos imaginar un instrumento para calcular el cociente de capacidades térmicas por el método de Rüchhardt, no hay número de Reynolds, ni coeficiente de Manning posible que nos facilite esta comparación. Pero, si para este cálculo el método de Rüchhardt nos pide un tubo de 1 m por 4 mm de diámetro, la geometría de estos túneles guarda en pobre analogía equivalencia a un tubito de 1 m por 0,7 mm en diámetro. Para medir presiones en este tubo tendríamos que linealizar el movimiento y despreciar la disipación viscosa y unas cuantas cosas más para alcanzar una ecuación armónica. La interacción de las caldas aguas estuariales con las frías del conducto que pretende sacar las suyas con diferencias de temperatura que a lo largo del año pueden variar entre 5 y 10° con las exteriores, ya es un problema olímpicamente ninguneado que merece las más altas consideraciones. Consideraciones que no se resuelven con piezómetro alguno, pues estos, como hemos advertido líneas arriba, no están preparados para incorporar las variables de capa límite térmica e hidroquímica que mandarán sus sueños al.... El mismo ingreso al sistema de aguas de una granizada invernal ya nos acerca variables termodinámicas con altas posibilidades de encontrarse un tapón hasta hoy nunca estimado. Son tantos los interrogantes y tan altas las incertidumbres de los resultados que pudieran obtener en evaluaciones que por otra parte nunca han hecho, que cómo imaginar sino los más funestos resultados. Ni qué hablar de lo que pasará a la salida del túnel cuando las aguas más frescas del interior precipiten sobre la boca y alrededor de ella la más feroz de las sedimentaciones bien imaginables. ¿Ahora bien, cómo es posible que a un hortelano se le ocurra mirar todo este fárrago de calamidades y a estos brillantes ingenieros tuneleros no se les ocurra otra cosa que hablar de la gestión constructiva de su maravillosa obra. El proyecto del entubamiento del Maldonado fue finalizado por OSN en 1936 con un caudal pico de 255 m3/s, valor nunca alcanzado por problemas de diseño que hoy no resuelve los escurrimientos de las aguas de una lluvia de 3 años de recurrencia. Pero nadie señala cuál es el valor del error; ni mucho menos apuntan a descubrir qué particulares dificultades tienen ellos para modelar flujos en planicies extremas. A qué hablar de flujos subterráneas con diferencias térmicas extremas. Si aquí no meten las narices en termodinámica es porque tienen temor a ser excomulgados de sus academias; pero sin ella no llegarán a ningún lado. Hoy nos aclaran que la red es insuficiente para conducir los excedentes de una tormenta de 2 años (45 mm en 2 hs). Con lo cual tal vez cabe estimar que el cálculo de 1936 salió errado en más de un 100%. En el de hoy vuelven a errar porque tampoco nos señalan que las recurrencias de 10 años en este último ciclo húmedo pasaron a ser las de 3 años. En el de hoy vuelven a errar porque se dan a realizar obras en función del bolsillo y no en función de criterios mínimos de hidrología urbana. En el de hoy vuelven a mostrarse temblorosos al probar que sólo una vez en más de 650 páginas de texto alcanzan a arriesgar la capacidad de transporte de estos túneles. Como si esto no fuera lo más importante de toda la función. Los interrogantes e incertidumbres son tantas, repito, y tan espantosas, que resultan imposibles de evaluar. Por ello, el inefable silencio que augura a ciencia tan incierta los más funestos resultados. Siguen diciendo: El efecto de la sudestada en la cuenca no es significativo y se limita a la porción inferior ocupada por espacios verdes. Y si no es significativo ¿por qué acercan datos errados en más de 1,5 m? ¿Tampoco esto es significativo? Si el estudio del modelo físico de las estructuras de acceso que conectarán al emisario principal con ambos túneles es importante, cuánto más importante es el de la estructura de salida y los múltiples compromisos: con las capas límites, térmica e hidroquímica; con los flujos de la deriva litoral y su hipersincronicidad mareal; con las deposiciones sedimentarias en la boca de salida provocadas por la surgencia de aguas frías del túnel en medio de las caldas del sector. ¿Cuándo y dónde hicieron incapié en estos detalles en obra alguna en toda su Vida, sin importar el sector de la Nación que se les ocurra ejemplificar? ¿En qué planeta está el laboratorio para simular estas experiencias? ¿Quiénes los contados investigadores del planeta que pudieran estar ocupados en ellas? ¿Cómo se animan a asegurar escurrentías, las que fueran en estos túneles, sólo porque usan ecuaciones de St Venant? ¿Cuándo con estas ecuaciones resolvieron algunos de los monumentales problemas de los flujos en las riberas estuariales y en las salidas tributarias? ¿Cuándo llevaron a cabo las prometidas y muy demoradas estimaciones de la cantidad, calidad y tipo de sólidos que ingresarán al sistema? ¿Cuándo sincerarán la extrema complejidad de sus enunciados, de la probabilidad de demoras y sobrecostos? ¿Cuándo extremarán los cuidados a fin de minimizar las incertidumbres del proyecto que cada vez que las miramos, de un día para otro no han parado en venir creciendo? ¿Cuándo han implementado acciones para la mitigación ambiental de las propuestas? ¿Cuándo las regulaciones sobre límites a la impermeabilización? ¿ Cuándo los cacareados talleres de sinceramiento? ¿Cuándo dejarán de macanear y comenzarán a realizar esfuerzos más sinceros y entregar talento? Los efluentes cloacales son entregados al estuario sin tratamiento alguno con un caudal promedio de 25 m3/s. Esto es: un río Luján entero de infiernos y aún no han puesto la nariz en ello. Dicen que el mayor flujo contaminante es el del Riachuelo, pero mienten de acá a la China, pues los flujos del Riachuelo están bien muertos. Que luego le sigue el Ugarteche y así en más hasta que alguien les eche en cara la nula sustentabilidad de sus afirmaciones. Dicen que el Riachuelo aporta la mayor parte esos 25.000 litros/s de contaminantes contra 26 lts/s del Maldonado. ¡Cómo va a aportar la mayor parte si no saca siquiera 3 m3/s! ¿A quién quieren engrupir con esta interminable suma de cuentos? ¿No han visto desde elc ielo el ancho desbordado de la deriva litoral que de 180 mts se expande a los 4000 frente a San Isidro? ¿Por qué creen que el Dr Rolando Quirós encontró en 1987 decuplicados los fosfatos a 1500 mts de la costa en San Isidro? ¡Cómo creer que el Maldonado que dos veces se licitó y aprobaron los proyectos de obranzas para transformarlo en canal navegable que lo enlazaría hasta el Riachuelo! con semejante entidad cabría ningunearlo con dos tubitos de 7 m! Esa entidad no sólo no ha cambiado, sino que en mucho se ha agravado. ¿Cómo habrían de alcanzarnos un plan de saneamiento costero si lo único que advertimos es la propuesta de un plan criminal de acreencias costaneras? ¿A dónde tienen previsto colocar el holgado prometido millón de m3 de tierra de excavaciones de manera que no conforme la más criminal de las proyecciones de esta obra? ¡Cómo será de vidrioso, por no decir venenoso el proyecto hidráulico de estos estrafalarios túneles que sólo en una oportunidad entre más de 650 páginas leídas alcanzan a arriesgar que el caudal máximo de diseño del tunel 1 es de 87,5 m3/s y el del túnel 2 de 102,3 m3/s, trabajando simpre en carga en todo el recorrido! Pág .16 de las Especificaciones Técnicas. Con 3 m de Sudestada ellos mismos confiesan el rendimiento baja un 50% .
Aquí los valores en Sudestada se precipitan a la mitad. Y es sólo sobre la base un ilusorio cálculo que no descubre ni una fracción de sus hasta hoy oscuras realidades. ¿Alguien se imagina las variables termodinámicas que han sido soslayadas?! Monumento a la apuesta más inconciente de gente supuestamente seria. La diferencia en casi un 50% con respecto a la cota de anegamiento en las riberas estuariales urbanas manda todas sus estimaciones al vacío de la inconciencia desde la misma necedad para elegir la herramienta apropiada de la ciencia. Los parámetros físicos, químicos y bacteriológicos de las muestras extraídas del actual entubamiento del Maldonado determinan que existe contaminación bacteriológica a lo largo de todo el recorrido qure sobrepasan los límites de descarga vigentes para sólidos sedimentables en 2 hs y detergentes. La transferencia de masa no ha sido estudiada jamás en todo el proyecto, a pesar de haber contado con la gracia de 5 años de demora. Reconocen que los sólidos sedimentables pueden afectar el funcionamiento hidrodinámico del emisario principal existente en la desembocadura. Y afirman que estos sólidos sedimentables no afectarán el funcionamiento hidrodinámico de los túneles aliviadores. Apuntan en este marco de laxitudes que todos conocemos, a un programa de mantenimiento y limpieza de pluviales incluídas las desembocaduras de los arroyos entubados que deberá cumplirse estrictamente. Las ecuaciones St Venant para modelar escurrimientos en superficie libre y en conductos a presión simultáneamiente, nunca consideran nada de lo que descubre la deriva litoral y las salidas tributarias que aún conservan su virginidad; ni mucho menos imaginan los trastornos de aguas, sedimentaciones y energías prisioneras en el conducto y en su misma boca de salida. Boca que sin haber visto la salida proyectada ninguna duda me cabe que jamás acertarían a orientarla como Natura señala, porque nunca han mirado con herramienta termodinámica la relación entre las salidas tributarias y la deriva litoral. Después de años de estar demorados ahora nos señalan que la estimación de cantidad, calidad y tipo de sólidos que ingresan al sistema se pueden llevar a cabo durante las fases de implementación del proyecto. ¿Por qué esperaron hasta este momento? "La probabilidad de demoras y sobrecostos puede ser significativa". ¿A qué dudar no sólo se triplicará, sino que todo el esfuerzo sólo servirá para que estos verdugos escurridores vean funcionar la tunelera de sus sueños. ¿Por qué no regalársela? Sería mucho más económico y comenzaríamos a mirar soluciones acordando con Natura presupuestos paulatinos algo más serios, sanos y sinceros. Esa entidad no sólo no ha cambiado, sino que en mucho se ha agravado. ¿Alguien imagina las variables hidro y termodinámicas en cien años soslayadas, del más famoso vilipendiado y nada estimado accidente geográfico que jamás con ortodoxo liderazgo de mecánica de fluidos fue bien mensurado? Es fácil advertir que estos verdugos escurridores siempre hicieron mal uso de herramientas y peor camino de soluciones eligieron; y este de hoy, el peor imaginable para un ... lecho profundo coronado de orillas barrancosas
Arroyo Maldonado, naciendo en la Provincia apenas en el hoy Gran Buenos Aires. Cruza los barrios de Liniers, Villa Luro, Vélez Sársfield, Santa Rita, Villa General Mitre, Villa Crespo, Villa Malcolm y Palermo. Su curso de más de 70 cuadras de extensión en nada se manifiesta de importancia. Y en verdad no la tiene. Su lecho profundo coronado de orillas barrancosas, contenía una serpentina de agua semiestancada. Todo el conjunto no era nada más que un sumidero de basura, siempre que no lloviera. Si lo hacía, el arroyo se convertía no ya en un riacho, sino en un impetuoso y caudaloso río el que salía entonces de madre como un monstruo malhumorado al ser despertado de improviso. Aún hoy, en tales ocasiones, se agita en su prisión de cemento y repite la añosa y terca aventura. Arroyo Medrano, otra curiosidad en la topografía y la historia. Lo que lo trajo a la consideración de la historia fue una ley, la 2.676 dictada el 6 de noviembre de 1889. Tal norma encomendaba a la firma "Wenceslao Villafañe y Cía." la construcción de un "Puerto de abrigo en el arroyo Medrano y construcción de dos canales de circunvalación: uno en el Maldonado y otro en el Medrano" En el Puerto del Medrano se construirían talleres a la vera de los dos canales que unirían el Medrano con el Riachuelo, de 20 a 30 metros de ancho y de 2 a 5 metros de profundidad. Se tenderían avenidas empedradas y macadanizadas con tres hileras de árboles y trazado para tranvías, Puertos de Embarque y terraplenes de un ancho de 136,80 metros en toda su longitud, la gigantesca obra que se daba en concesión por 99 años, jamás se llegó a iniciar y todo caducó el 6 de abril de 1894. Fue una lástima porque sin duda que el Medrano perdía la oportunidad que jamás ya se le presentaría de ser famoso para siempre... El otro, aprovechaba el cauce del Maldonado que se modificaba para darle una profundidad oscilante entre 2 ½ y 5 metros y un ancho de 35. Arrancaba desde Palermo y empalmaba con el anterior en un punto cerca de Ramos Mejía y de allí continuaba hasta desembocar en el paso de las Piedras en el confín oeste del Riachuelo, donde este curso de agua se transformaba en el río Matanza. En las orillas de ambos canales, el concesionario se comprometía a trazar dos rutas paralelas empedradas o macadamizadas, con una franja de pasto verde y tres hileras de árboles, expropiándose las tierras linderas en un ancho de 136 metros, para ribera, avenidas, puentes etc. Y hasta se había planificado la combinación con un servicio de tranvías. La autorización para las obras fue aprobada por la Ley N° 2676 del 7 de noviembre de 1889. Allí se establecía que a los 10 años de terminadas las obras, el gobierno recibiría un 10% de los derechos de puertos y navegación, a los 20 años el 25% y el 50% a los 50 años, quedando dueño de todo al cumplirse los 99 años. La concesión tenía un plazo de seis meses para concretarse, o sea que caducaba en mayo de 1890, lapso durante el cual se debían presentar los planos y estudios de las obras a realizar. Una vez firmado el contrato, debían comenzar los trabajos a los tres meses y concluirse en tres años, bajo pena de una multa de 500 pesos por cada mes de retardo. Otro proyecto aprobado por ley ese mismo año 1889, fue presentado por la firma Portalis, Frères Carbonnier y Ca. Proponía aprovechar la desembocadura del Maldonado, allí donde se abría para recibir las aguas de las crecientes del Río de la Plata, para construir un puerto de cabotaje de mil metros de largo por ciento cincuenta de ancho y cinco metros de profundidad, construyéndose en ambas márgenes un muro de mampostería u hormigón que contendría una explanada adyacente de setenta y cinco metros de largo. Iriondo proponía la aprobación de una Ordenanza autorizando a la Municipalidad para convertir el arroyo Maldonado desde su desembocadura en Palermo hasta el límite de la capital, en un canal navegable que llegando hasta los Nuevos Mataderos de Liniers empalmase allí con el Riachuelo en el Puente Alsina. Su profundidad media no sería inferior a los 2 metros y estaría flanqueado por una zona ribereña “de por lo menos 35 metros de extensión” para lo cual debían expropiarse los terrenos linderos. En esta ribera se abrirían dos calles laterales de diez metros de ancho en toda la extensión del canal, plantándose árboles suministrados por la Dirección de Paseos. El canal podía utilizarse para diversos fines, especialmente de transporte comercial y su tránsito sería gratuito para los diversos organismos oficiales. Se cuidaría también su higiene mediante la prohibición de volcar “aguas servidas, materias fecales y cualquier otro residuo que altere las condiciones higiénicas de las aguas.” La obra se dividía en cuatro secciones: 1) Desde la desembocadura del Maldonado en Palermo hasta Vélez Sársfield (Floresta); 2) Desde allí hasta la avenida de Circunvalación (actual General Paz); 3) Desde Vélez Sarsfield hasta los Mataderos de Liniers y 4) Desde allí hasta el Puente Alsina. Como vemos había una gran similitud con el proyecto Villafañe, incluso en los planos, cobro de cánones, conservación y tiempo de duración de la concesión. Esta nueva propuesta no tuvo tampoco el final esperado para el molesto arroyo porteño. Sean estas reiteradas historias y el lecho profundo coronado de orillas barrancosas que tampoco le contenían, las pautas de cuánto se ha ninguneado su realidad para seguir jugando a las escondidas con la hidrología urbana y hoy a punto de quedar a merced de dos tuneladoras para la obra más ... entre tantas soñadas pesadillas. Gracias Querida Alflora por animar y alcanzar utilidad a mis años Francisco Javier de Amorrortu, 15/4/09
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