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Resulta casi obvio señalar que estas expresiones refieren de formaciones ya emergidas y por tanto no refieren de los tiempos pleistocenos medio y superior de su formación. Las tres formaciones ocupan un mismo lugar y por su rectitud refieren de una fuerte deriva de plataforma, que necesariamente debía estar alimentada por una muy importante masa sedimentaria. No olvidemos que los sedimentos obran como baterías convectivas motorizando estos sistemas. Ya para el año 8.000 las salidas del Salado por la paleopunta Villa Gesell comenzaban a disminuir y por ello no tuvieron más remedio, para lograr seguir los destinos de la antigua deriva de plataforma, que comenzar a desarrollar los bancos alineados. Como lo ilustra la imagen que sigue, estas salidas por los bancos alineados apuntando al Sur, pronto habilitan una amplia curva de 50 Km de promedio, para enfilar al NNE y seguir una ruta algo más al NE de la deriva de plataforma anteriormente citada que ya había completado su ciclo sumergido y ahora regalaba el suelo para fundar todo el litoral de Villa Gesell a Punta Médanos. Las acreencias de löss eólico que siguieron engrosando esas formaciones son parte de una historia que me merece menor atención que las que responden a löss fluvial; pues es en estas últimas donde se manifiestan esos procesos convectivos que geólogos, sedimentólogos y físicos en dinámica costera ignoran casi agradecidos de que no los apuren a cambiar de catecismo.
Por tanto diría, que para el año 8.000 y tal vez algunos milenios antes, los corredores de löss fluvial responsables de esas formaciones rectilíneas con rumbo a una aún no muy descubierta Punta Médanos, ya estaban hacía un tiempo bordando los bancos alineados; al tiempo que comenzaban a bordar los cordones holocenos hacia el Norte que Violante encuentra descubiertos en los 4.000 años. Aunque la curva apuntando al NO en la parte superior de la formación peninsular que fuera fruto de aquella fuerte energía de la deriva de plataforma, ya hablaba de generación de cordones holocenos en los años 6.000.
El desfasaje entre mis opiniones y las de estos gráficos y dataciones, es que todos miran por las emergencias y este que suscribe mira por sumergencias. Vuelvo a repetir, es poco imaginable poner en evidencia los fenómenos termodinámicos que caracterizan a todos los ecosistemas, si no nos referimos a los sistemas convectivos donde el löss fluvial tiene la palabra. Ya hemos visto que el viento y las olas tratan a las arenas a las cachetadas. Observar el serrucho de la playa y preguntarse si una deriva litoral permitiría ésto.Por el contrario, resaltan las delicadezas de los procesos convectivos internos naturales positivos bordando prolijísimos cordones. Para los primeros basta con tener un ojo mecánico. Para los segundos es necesario cultivar mirada algo más compleja y estimar gradientes y conceptualizar enlaces. Ver imágenes de gran resolución sobre cordones por /cordones5.html A falta de laboratorios aggiornados no hay otra solución que la conceptualización fenomenológica con buenos soportes de imagen. Util resulta discernir, a medida que avanzamos, sobre las áreas emergidas y las sumergidas, siendo estas últimas tan importantes como las primeras para dar noticia de las dinámicas de los escurrimientos superficiales de la vieja cuenca del Salado, desde las proximidades de la laguna de Lobos; hoy hacia el Este y en tiempos pleistocenos y buena parte de los holocenos hacia el Sur. En el hipertexto anterior dedicamos atención al aprecio de las características del suelo y pendientes desde las sierras de Azul hacia Villa Gesell. Que partiendo de pendientes promedio superiores al metro x km, a mitad de camino ya iban perdiendo sus energías gravitacionales para verlas compensadas por sustitutos convectivos propios de planicie. En este hipertexto veremos que los suelos que van de Lobos a Mar Chiquita no superan los 7 cms x m de pendiente y unos cuantos kilómetros antes de salir al Atlántico ya bajan a unos pocos milímetros x Km. Aquí todo es convectivo. Y como a todo proceso convectivo conviene, su alimentación proviene de las energías acumuladas en las baterías aledañas, que merced a costas blandas y bordes lábiles se transfieren a las sangrías mayores, sin importar la ausencia de cauce. Reitero, estas sangrías no necesariamente forman cauces permanentes y contínuos. Y su dirección viene determinada por un gradiente térmico que opera en los puentes de hidrógeno. Este punto de los gradientes es fundamental para comenzar a ejercitar comprensión de los rumbos y disociaciones que cargan estos sistemas. En termodinámica clásica ésto no cuenta porque cajas adiabáticas cerradas no operan con delicadezas. Por el contrario, se precian de resistir presiones elevadas y hasta de haber tergiversado el sentido griego de la voz entropía. Acerco la raíz indoeuropea *trep- volver, girar; en sánscrito, trápate cambiar de sitio; en griego entropia, cantidad que se mantiene constante en un cuerpo tras sus diferentes transformaciones, como expresión que apunta al movimiento perpetuo en brazos de Natura reinando por doquier e imposible desde modelo aislado considerar viable. Un siglo para aceptar complejidades que la 2ª ley pasó por alto y la fenomenología termodinámica fuera descubriendo la “estabilidad de los sistemas” naturales conservando su energía; para comenzar a aceptar que sólo merced a complejidad escapaba del gasto que le acreditaban ponía en riesgo su delicada solar eternidad. La segunda ley de la termodinámica insiste en que la entropía de un sistema cerrado debería maximizarse. Los sistemas vivos, sin embargo, son la antítesis de esta ley, exhibiendo maravillosos niveles de orden creados a partir de un “des-orden” o “difícil orden”, riquísimo en flujos e intercambios energéticos y materiales, cuya complejidad bien excede nuestros mecánicos matemáticos marcos conceptuales. La fenomenología termodinámica acerca soportes deductivos, aún no modelizables, a partir del encuentro de dos o más “sistemas”; observando comportamientos que aparentan mantenerse a cierta distancia del equilibrio por causa de algún gradiente. No entraremos a discernir en este punto las disociaciones que se manifiestan en el orden hidroquímico, que con mucha más claridad se manifiestan en el sistema del Tuyú; aquí estamos poniendo nuestro foco en el sistema del Salado. Antes de entrar a tallar con nuestras imágenes acerco breves apuntes de http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S000270142006000100012 Historia de la vegetación en relación con la evolución geomorfológica de las llanuras costeras del Este de la provincia de Buenos Aires durante el Holoceno de Isabel Vilanova, Aldo R. Prieto y Silvina Stutz A partir de ca . 3.300 14C años A.P. las comunidades vegetales cambiaron y se diferenciaron a ambos lados de la Paleopunta Villa Gesell simultáneamente con la estabilización de los ambientes, reflejado por un cambio en el IPC con valores semejantes y del mismo signo. Sin embargo, es importante recordar que la generación del cordón litoral, aquí llamado paleopunta Villa Gesell, es bien anterior a la última glaciación máxima. Al norte, ca. 3.300 14C años A.P. el mosaico de comunidades halófitas-psammófitas de ambientes asociados a la barrera fue reemplazado por una comunidad de médanos estabilizados asociados con el avance hacia el norte de las crestas de playa de la barrera. Al sur, ca . 2.500 14C años A.P. se establecieron comunidades halófitas dominadas por Chenopodiaceae, que alcanzaron su mayor desarrollo en una marisma protegida y un ambiente albuférico de laguna costera, delimitados por la rápida progradación de la barrera hacia el sur-oeste. Las marismas en estas áreas del Sur eran muy anteriores a esa fecha aunque no quepa imaginarlas protegidas. Y reitero, había permanentes ingresos mareales e incuestionables periódicas crecidas sudestadas hasta 90 Km al Norte de la actual línea de la costa. Gerardo Parker en su Geología marina entre Pinamar y Mar de Ajó (1979) menciona una única ingresión ocurrida en las postrimerías del Pampiano. Cortelezzi (1969) menciona en los alrededores de La Plata dataciones de conchillas tomadas en el borde superior de la terraza alta y en el superior de la baja en el sentido de Frenguelli (1950) que atribuye al Belgranense 35.700 a. AP y al Querandinense 3.500 a.AP. Conchillas asimilables al Belgranense de 30.000 a.AP también son mencionadas por el mismo autor para el banco de Coquinas explotado para la fabricación de cemento de Pipinas. Estas dataciones corresponden a niveles marinos superpuestos a sedimentos típicamente Pampianos continentales o intercalados en su parte superior y ubicados en niveles topográficamente más altos que los correspondientes a la última transgresión marina. La edad absoluta corresponde a la parte alta del Pleistoceno superior y sus características litológicas presentan mayor afinidad con los sedimentos del Pampiano, que con las ingresiones marinas posteriores. Fidalgo ubica una lengua de la Formación Pascuas en la parte superior de la formación Pampiano, que sin dar mayores detalles de su disposición la asigna al Pleistoceno medio a superior. Arcillas pardas con conchillas y arcillas rojas con tosca superpuestas cuyas características litológicas, posición estratigráfica y Facies, las hacen correlacionables, tanto con la Formación Pascuas como con las conchillas de Pipinas y La Plata atribuídas por Cortelezzi al piso Belgranense. Aunque la posición estructural que mantienen en el área que abarca el presente trabajo es muy distinta a las de las otras localidades mencionadas. En Punta Médanos está estructuralmente por debajo de las últimas transgresiones, mientras que en La Plata y Pipinas por encima. Advierten que resulta probable la existencia de fallas que afecten a sedimentos del Pleistoceno superior hasta aprox. los 30.000 a.AP. Tales fallas o reactivaciones responderían a acontecimientos tectónicos ubicados en el Pleistoceno superior, siendo anteriores a la culminación de la transgresión Holocena. Por mi parte no advierto falla alguna, sino cordones litorales muy antiguos respondiendo a grandes energías y ligeramente curvados, como es usual en éstos y no así en las fallas. Parker (1979) en sus Conclusiones identifica, infiere y señala: 1º . Identifica en el área 4 ingresiones marinas. Tres inferiores pleistocenas que hacia el Oeste entraman con sedimentos Pampianos en sentido amplio y una última ubicada en una terraza labrada en esos sedimentos de edad holocena. 2º . Infiere con otros, la existencia de una falla que afecta a sedimentos del Pampiano, determinante de la distribución areal de los dos últimos ciclos sedimentarios marinos del cuaternario superior, restando valor a todas aquellas correlaciones de niveles interpampianos en base a su posición topográfica. 3º . Señala que la evolución geológica del área puede ser dividida en dos etapas desde el punto de vista paleogeofráfico, separadas por la discordancia ubicada en el techo de la Formación Pozo Nº 10. Una más antigua de costas abiertas al mar o sedimentación preferentemente de color castaño y otra posterior más moderna con la formación de barreras litorales, de continuo crecimiento al Norte y desarrollo de albúferas al abrigo de éstas. A esos "niveles marinos superpuestos a sedimentos típicamente Pampianos continentales o intercalados en su parte superior y ubicados en niveles topográficamente más altos que los correspondientes a la última transgresión marina" quisiera por mi parte referenciar, tanto la paleopunta Villa Gesell, como la Punta Piedras. No así la de Médanos que es muy posterior. Sus perfiles sustancialmente más elevados necesariamente hablan de una altura de mar bien por encima de los 10 m. Vuelvo a recordar, que para este que sucribe, esas paleopuntas no son sino cordones litorales, que por su altura y ancho fueron generados por sistemas de bastante mayores energías a las que operaron formación de cordones en el Holoceno; incluso alguno se daría a pensar, que una vez emergidos pudieron haberse transfomado en barreras litorales. Pero esto último me sorprendería, porque la consolidación que alcanzaron esos paleosuelos hablaría de posteriores inmersiones, que nunca a mi entender, sus lomos tuvieron en tiempos holocenos. Volvemos al texto Historia de la vegetación de Vilanova, Prieto y Stutz La transgresión post glacial afectó una amplia área de terrenos ubicados en cotas menores de 5 m s. n. m. en el noreste y este de la provincia de Buenos Aires de manera tal que la línea de costa se ubicó en promedio ca . 30 km al Oeste de la actual costa del Océano Atlántico ( e.g ., Codignotto y Aguirre, 1993; Violante et al ., 2001) (figura 1.A). Deberíamos estimar cuál fue el aporte de löss eólico en los últimos 2500 años para restarlos a la altimetría actual y así reconocer hasta dónde llegaron sus ingresos, que por cierto superaron con mucho los 30 Km que aquí se mencionan. De 30 Km son los dos cordones aquí llamados paleopuntas de Villa Gesell y Punta Piedras. Y por haber sido gestados en grandes salidas de aguas continentales, responden a transgresiones de mayor altura a la que viene siendo estimada. Hoy, a 60 Km al Oeste de la salida del canal 15 a la bahía, vemos a los meandros del Salado discurrir en la cota de los 3 m. La línea de costa para el máximo transgresivo del Holoceno está marcada por un resalto de pendiente de ca . 1 m de altura que separa la llanura costera de los terrenos ubicados por encima de los 5 m s. n. m (Violante et al ., 2001). Entre la localidad de Villa Gesell y la laguna Mar Chiquita (Buenos Aires), el límite del máximo transgresivo estaba representado por un paleoacantilado que era superado esporádicamente a través de canales. Como resultado, el mar inundó las zonas ubicadas por detrás del paleoacantilado y se formaron llanuras de mareas hacia el norte (Violante, 1992), mientras que los cuerpos de agua dulce ubicados hacia el sur se salinizaron (Prieto et al ., 1998; Stutz et al ., 2002). Repito, no imagino apropiado hablar de superaciones "esporádicas" del paleoacantilado provocando esas salinizaciones, cuando de hecho hago mención de marismas permanentes en transgresiones pleistocénicas y holocénicas hasta 90 Km en dirección al NNO de Mar Chiquita; que sin necesidad de referir a crecidas sudestadas fueron forzando gradualmente y durante milenios, el desvío del sistema del Salado hasta unos 30 Kms hacia el Este, antes de volver a retomar su rumbo Sur. Esos desvíos son determinantes de la forma de la bahía. A 60 Km al NO de Pinamar advierto un espejo de agua, 5 Km al N de Monsalvo, en la cota de 1 m. Así como tampoco advierto la presencia de ese paleoacantilado, siendo que los muy bien conformados cordones sumergidos que nuestros geólogos llaman bancos alineados, muestran la dinámica directa de esas salidas a la plataforma. Del trabajo Secuencias Depositacionales del Plioceno-Cuaternario en la Plataforma Submarina adyacente al Litoral del Este Bonaerense de Parker, Violante, Paterlini, Costa, Marcolini y Cavallotto rescato lo siguiente: En la zona de los bancos alineados y del banco La Plata, así como en la plataforma exterior, las sismofacies están caracterizadas internamente como de tipo caótico y concordante con respecto a sus límites, representativas de arenas finas a medianas con conchillas. Reitero mi impresión de que esos bancos alineados no son sino cordones sumergidos holocénicos generados por derivas de plataforma y repondiendo éstas a enfrentamientos de derivas; tal cual se da hoy mismo, sin que nadie parezca detenerse a mirar a dónde marchan sus destinos; y que por mudar su condición convectiva interna en tanto transitan como deriva litoral, a convectiva externa que exhiben cuando mudan a deriva de plataforma, lucen algo más caóticos. Por su parte, las llanuras costeras están formadas por sedimentos de muy variada granometría que gradan desde arenas hasta arcillas en sus diversos ambientes. En testigos submarinos obtenidos en la plataforma exterior, se hallaron en la base de la unidad niveles de paleosuelos (Osterrieth et al., 2005 y en prensa; Violante et al., 2007), que demuestran la exposición subaérea a la que estuvo expuesta la plataforma durante la última época glacial antes de la depositación de la SD 1. La unidad se formó durante la transgresión postglacial iniciada en la región hace unos 18.000 años (Fray y Ewing, 1973; Parker et al., 1999; Guilderson et al., 2000; Violante y Parker, 2000, 2004), y las diferentes facies resultan probablemente de pulsos de ascenso/estabilización del nivel del mar que habrían permitido la preservación en algunos sitios y a diferentes profundidades de niveles de playas asociadas a geoformas aterrazadas (Parker et al., 1999; Violante y Parker, 2000, 2004; Violante, 2005) dentro de un contexto de ascenso promedio del nivel del mar del orden de 11 a 12 mm/año (Violante y Parker, 2004; Cavallotto y Violante, 2005; Schnack et al., 2005) antes de tender a estabilizarse después de los 8.000 años A.P. La estabilización final con el subsiguiente descenso relativo a partir de los 6000 años A.P. llevó no solamente a la formación de las actuales llanuras costeras (Parker y Violante, 1982, 1993; Parker et al., 1999; Violante et al., 2001; Cavallotto, 1996, 2002; Violante y Parker, 2000, 2004) sino también al parcial ajuste de las arenas relicto sumergidas a las actuales condiciones hidrodinámicas (Urien, 1967; Urien y Ewing, 1974; Parker y Violante, 1982, 1993; Violante et al., 1992, 2001; Parker et al., 1994, 1996, 1997, 1999; Violante y Parker, 2000 y 2004; Violante, 2004), con evidencias de fluctuaciones originadas en estabilizaciones parciales del nivel del mar durante su retroceso y/o variabilidad en la influencia del Río de la Plata (Laprida et al., 2007). Volvemos al texto Historia de la vegetación de Vilanova, Prieto y Stutz El nivel del mar alcanzó una altura similar a la actual a los ca . 7.000 años A.P. y para ese momento las Paleopuntas Villa Gesell y Punta Piedras constituían los rasgos sobresalientes de la costa (Violante y Parker, 2000; Violante et al ., 2001; Cavallotto et al ., 2004) (figura 1.A). Tras estudiar Punta Piedras, hoy la imagino bastante contemporánea a la paleopunta Villa Gesell; y aún más: descartaría todo accidente o falla en el área, otro que perfiles de suelo modificados por el desarrollo de un cordón litoral de aprox 30 Km de longitud y altura no menor al de Villa Gesell, fruto de grandes escurrimientos continentales marchando en directo por lo que doy en llamar corredor Alflora, hacia Montevideo. El relato que Cavallotto hace del antiguo curso del río de La Plata tal vez quepa imaginarlo en un final extremo regresivo; pero con niveles de mar como los actuales y aún más elevados, sin ninguna duda, este corredor es el gran colector de la partida bonaerense, tanto atlántica como estuarial. Y como paradoja, nunca ha sido mencionado por geólogos, aún reconociendo los parentescos con Punta del Este. Ver /frentehalino 8.html La geología mirando por agujeros, poco se aplica a estudiar dinámicas en ecosistemas, que siempre reclaman miradas a enlaces termodinámicos Mirando por los gradientes térmicos es dable comenzar a inferir derivas litorales, derivas de plataforma y derivas continentales. Mirando por gradientes es dable inferior enfrentamiento de derivas litorales y obligada mutación a deriva de plataforma. Vuelvo a repetir: poco o nada aprecio la remota posibilidad de una falla en el lugar donde localizan a esta paleopunta Villa Gesell. Allí, en ese mismo lugar, me cabe citar la presencia un cordón litoral con la muy original dirección O-E, llamado a expresar su enlace con las grandes energías de una deriva de plataforma. El ancho de ese cordón, al igual que el de Punta Piedras, superan con creces a los holocénicos y por cierto, después de 30.000 mil años, nada conservan de su borde cuspidado. La dirección del de Punta Piedras es OSO-ENE Semejantes desarrollos dinámicos deposicionales ligeramente curvados hacia el Norte, no hablan de un paleoacantilado, sino de dos importantes vías de salida de flujos de la pampa deprimida en formación. Así dicen ellos: La Paleopunta Villa Gesell actuó como punto de divergencia en la dirección de la deriva litoral y permitió el desarrollo de barreras regresivas a partir de los 6.000 años A.P. El argumento que sigue lo veo exactamente a la inversa. No fue la paleopunta la que definió la divergencia de las corrientes de derivas litorales, sino al revés. Sin entender cómo se forman estos cordones, ya sean asistidos por deriva litoral o por deriva de plataforma, no les queda más remedio que imaginar alguna falla que nunca terminan de precisar. Y por otro lado, las barreras regresivas son muy posteriores a esa fecha. No olvidar que estas barreras regresivas son simples cordones litorales apareados emergidos regalando soporte a la tarea de los vientos. En la zona al Sur de Punta Médanos advierto una docena de cordones litorales emergidos que luego sí, quedaron aislados tras barreras regresivas que ellos mismos facilitaron a los vientos construir. Y reitero: como esos cordones de dirección S-N marchan con 90º de diferencia de rumbo al de la paleopunta Villa Gesell, necesito imaginarlos bien posteriores a este del cordón litotal O-E que llaman paleopunta. Al menos 25.000 años posteriores son esas barreras a las que mentan contemporáneas a la paleopunta. Y al menos 100.000 años tiene de formación esa paleopunta por entonces bien sumergida. Ya decía Cortelezzi (1969) de las dataciones de conchillas tomadas en el borde superior de la terraza alta y en el superior de la baja en el sentido de Frenguelli (1950) que atribuye al Belgranense 35.700 a.AP y al Querandinense 3.500 a.AP. Durante el evento regresivo, caracterizado por un descenso gradual del nivel del mar y un período de estabilización entre ca. 5.000 y 3.500 años A.P. (Cavallotto et al., 2004) predominó, a nivel regional, el transporte de sedimentos hacia el norte y una re-orientación de la línea de costa (Violante y Parker, 2004). Durante el evento regresivo me cuesta imaginar un gradiente térmico que invitara a marchar hacia el Norte. La dirección que llevan los bancos alineados me hablan de la dirección al SUR. Para marchar hacia el Norte necesitaban importantes apoyos en aguas frescas marinas, que antes de formarse la Punta Rasa lo conseguían. Por entonces el sistema del Tuyú salía por el Sur, en tanto por el Norte reconocía permanentes marismas. En esos tiempos pleistocenos medios en que las dinámicas del Salado marchaban hacia el Sur y salían al Atlántico por ambas bocas al Sur y al Norte de la paleopunta, el transporte de sedimentos hacia el Norte en esas planicies, por un simple problema de gradientes térmicos, no lo veo viable. Por el contrario, una vez en aguas atlánticas la deriva litoral y o la deriva de plataforma las llevaría al NO o al NNE. A la porción del perfil de la bahía que se gestó con el cordón de Pascua dedicaremos el /marchiquita6.html Durante milenios esas pampas deprimidas conocieron marismas y floculaciones. Sin embargo, los transportes de löss fluvial que bajaban hacia el Sur fueron más importantes en términos de formación de suelos, en razón de las energías convectivas que cargaban, el gradiente térmico que favorecía sus advecciones y el enfrentamiento de las frías marismas que favorecía sus descargas. Lo que está claro en estas divergencias completas de cosmovisión, es que mientras este que suscribe mira por sistemas convectivos, los discípulos de Newton miran por el ojo mecánico martillando analogias. ¿Desde cuándo un mecanicista le habría de prestar atención a la fina interfaz de una deriva litoral de no más de 150 a 200 m de ancho? ¿Qué energía mecánica descubriría en una franjita tan insignificante y en adición, con mínima profundidad, el favor o el impedimento a las salidas tributarias? ¿Desde cuándo un mecanicista le prestaría atención a las dinámicas horizontales de las aguas someras en planicies extemas? Nunca lo han hecho y estamos en el siglo 21; y parece más sencillo viajar a Marte, que mirar por las delicadezas propias de estos ecosistemas. Cuando refieren a dinámicas en planicies extremas lo hacen por infiltración y evapotranspiración. Ver una muestra espontánea de cómo la Naturaleza genera en cuestión de horas estas respuestas ecosistémicas.
La lista de preguntas que un mecanicista le haría a este hereje hortelano ya fue respondida y presentada al último Congreso Internacional de Ingeniería Argentina 2010 con toda la intención de mostrar en su mismo seno que no era de la cofradía. Y tal vez por ello le dieron diploma. Ver esos dos trabajos sobre Fenomenología termodinámica estuarial por http://www.alestuariodelplata.com.ar/convec2.html Por mirar y opinar distinto me llega un día esta advertencia de un ilustre profesor en dinámica costera, muy respetado, con muchos más años transitados montado en otro burro, y muy querido. Estimado Javier Usted es un descreído, ...Todo el mundo sabe que algo pasa entre el viento y las olas, ... y Usted lo quiere ignorar? ... Pues hace bien, … es detestable estar de acuerdo en todo ... un verdadero espanto. J.O.C.B. Detrás de las barreras regresivas se desarrollaron ambientes protegidos tales como playas interiores, lagunas costeras y albuferas, que dieron origen a la proto-bahía Samborombón en el norte y a la proto-laguna Mar Chiquita en el sur (figura 1.A). Ninguna barrera regresiva dió origen a la protobahía de Samborombón. Y la protolaguna Mar Chiquita responde al resabio que quedó al completarse el cierre de la boca del sistema de salida Sur del Salado; que terminara en tiempos bien cercanos, mutilado en su dinámica con la traza del canal 5 y rematado con los esperpentos obrados en la salida de la laguna. Ver en esta imagen de la NASA de una gran seca, los cursos de agua que conforman la cuenca que buscan salida por Mar Chiquita. Bajan por energía gravitacional y cuando se quedan sin ella convectan hacia el Sur buscando la Mar Chiquita. El gradiente térmico lo explica. Pero un sistema natural no es a remplazar por un sarcófago pretendidamente "hidráulico. Así es como nuestros ingenieros con afanoso ojo mecánico para inventar obranzas, se ocupan de arruinar todo el ecosistema de esteros, bañados, meandros dinámicos, costas blandas y bordes lábiles, y así entregarnos las pruebas infaltables de sus maestrías mecánicas, extrapolando energías gravitacionales en modelos de caja negra. Algo así como la ley del mercado de los vendedores de obranzas, que siempre superan en fracasos las más ciegas ilusiones. La imagen que sigue muestra el canal 5 cargado de aguas ajenadas a las baterías convectivas de sus entornos, por torpes terraplenes bien desenterados de los oficios de transferencia que prestan las costas blandas y bordes lábiles. Con ese ojo mecanico se ahorran de mirar el perfil transversal natural del cauce de cualquier arroyo de llanura. Así les va. Aún sigo esperando la respuesta a la confesión de Gustavo Villa Uría, de por qué las obranzas de rectificación de 27 Km del Riachuelo habían fracasado en su propósito. 100 años después de obradas aún no descubrieron la torpeza de este ojo mecánico industrioso. /congreso.html
Reitero, a la laguna de Mar Chiquita no sólo le han robado recursos convectivos, sino que para rematarla le han obrado aberrantes esperpentos en su misma boca de salida. Esos robos van a cuenta de la debilidad de la deriva litoral. Debilidad que se traduce en prestos robos de arena de las playas de todo el litoral al Norte de la salida.
A partir de ca. 3.000 años A.P. la configuración de la proto-bahía Samborombón sufrió la influencia de un gran aporte de sedimentos fluviales como consecuencia del avance hacia el sur del sistema deltaico del Río de la Plata (Violante et al. , 2001). A pesar del aprecio que siento por Cavallotto, NADA QUE VER. NINGÚN aporte hizo a la bahía de Samborombón el sistema del Paraná Hablando de la bahía actual ya el Prof Dr Gregori Koff de la Academia de Ciencias de Moscú había confesado en oportunidad de venir a la Argentina a presentar el Plan Maestro del Aliviador del Salado, que en Samborombón se había provocado un desastre geológico fruto de las torpes salidas de las canalizaciones a la bahía, obradas a 90º con los elementales criterios mecánicos de un plomero conectando una cañería. Y si están hablando de la franja de 15 a 30 Km de ancho que bordea la bahía hasta arrimarse al sistema del Tuyú, los más antiguos de esos perfiles emergidos que no superan la cota de los 3 m, deberían ser cercanos a los 1500 años. Sedimentaciones fruto de sucesivos cordones litorales y de descargas de löss fluvial de los sistemas del Salado y Samborombón y algo de viento para amontonarlos y crear barreras. Extrapolar la influencia del sistema deltaico del Río de la Plata a estas áreas, no sostiene seriedad de fenomenología alguna. Por cierto, no dudando que en términos matemáticos son capaces de extrapolar cualquier analogía, invito a que la modelicen. La llanura costera marginal del este bonaerense forma parte de la Pampa Deprimida (figura 1.B). Desde el punto de vista morfológico, en la llanura costera se diferencian la cadena de médanos costeros y la llanura baja o deprimida (Violante et al ., 2001). Esta última presenta un relieve plano con escasas variaciones topográficas que no superan los 5 m s. n. m, y con un promedio que no alcanza los 3 m con lagunas y cañadas?? distribuidas en las zonas bajas. Me parece que falta precisar glosarios. Tengo la sospecha que estas cañadas son los senos entre cordones. Entre el norte de la Bahía Samborombón y la laguna Mar Chiquita se destacan tres rasgos geomorfológicos: islas barreras, barreras y espigas litorales y marismas y planicies de mareas (Codignotto y Aguirre, 1993). Al Norte del cordón litoral que pasa por Pipinas pesan las descargas de los tributarios del Oeste; tanto del antigua Samborombóm, como de los que bajan por la ribera estuarial bonaerense. Pero un vez llegados a Punta Piedras se van todos de pie juntillas para Montevideo arrastrados, robados, por las energías que suben de Samborombón. Ese cordón de Punta Piedras es suficientemente antiguo como para que ni un gramo de sedimento del Norte haya ido en los últimos 30.000 años a la bahía en formación. Las descripciones de nuestros geólogos y sedimentólogos son estáticas. No estimulan aprecio al desarrollo de los criterios dinámicos ecosistémicos que operaron en la región; en dirección O-E, N-S, S-N y nuevamente O-E y SE-NO. Por ello nuestro trabajo dedica un primer hipertexto a las dinámicas O-E, un segundo a las del N-S y S-N operando al Sur de la paleopunta; un tercero a estas mismas dinámicas que se fueron desplazando hacia el Este operando por la boca de Pinamar hasta hace unos 1000 años y un cuarto que vuelve a operar O-E y SE-NO. Los suelos son azonales en la mayoría de los casos y se componen de un mosaico de complejos halo-hidromórficos y asociaciones fuertemente influenciadas por inundaciones (Perelman et al ., 2001) mientras que las partes altas presentan suelos zonales bien drenados. Hacia el este, la llanura baja o deprimida limita con una cadena de médanos litorales costeros con cordones de hasta 3 km de ancho que se extiende desde Punta Rasa hasta la laguna Mar Chiquita (Barrera Medanosa Oriental, Isla y Espinosa, 1995). El margen continental está representado por una zona litoral formada por playas arenosas de poca pendiente y por la plataforma interior, de gran extensión y pendiente suave (Parker y Violante, 1982). La influencia del Río de La Plata en el área de la proto-bahía Samborombón a partir de ca . 3.000 años A.P., indicada por la intensa descarga de sedimentos fluviales como consecuencia del avance hacia el sur de su sistema deltaico (Violante et al ., 2001) -ya he dicho NADA QUE VER-, no se evidencia en el espectro polínico del testigo T9-1. Por fin algo a favor del burro del hortelano. Probablemente esto esté relacionado con la circulación de las corrientes litorales, responsables de la distribución de los sedimentos en el área de plataforma, que tuvo una dirección predominante hacia el norte durante el Holoceno (Violante y Parker, 2004). La dirección de los cordones litorales hacia el N-NO de hace 3000 años responde a que aún no se había formado ni la Punta Rasa, ni las barreras de médanos; y por eso encontraban tanto del lado interior afectado con marismas, como del exterior marítimo, el gradiente que les habilitaba esa dirección. La curva final de los cordones holoceno hacia el NO responde al gradiente más suave del lado interior.Del lado exterior venía provocada la precipitación de borde cuspidado. La dirección de las derivas de plataforma seguía siendo la de siempre. Los flujos de cruce en el frente halino del estuario hacia el NE, hacia Montevideo, conocen la antigüedad del cordón de Pipinas, pues fue esa deriva de plataforma la que lo suscitó. Unos dicen 125.000 años. Otros 35.000. La evolución geomorfológica de las llanuras costeras del este de la provincia de Buenos Aires se caracterizó por la instalación y el desarrollo de barreras litorales durante el período post glacial, representadas por dos sistemas depositacionales, uno transgresivo y otro desarrollado durante las etapas finales de la transgresión holocena y por un sistema progradante desarrollado durante el evento regresivo (Violante et al ., 2001). Las acreencias por cordones litorales no necesitan de regresiones, ni de transgresiones para manifestarse. Sólo necesitan de derivas litorales sanas y salidas tributarias que respeten los acoples termodinámicos con la anterior. materia que Natura domina con extrema destreza. Salidas que en todos los casos reclaman negar todo ingreso de reflujos mareales al sistema de salida, otro que no sea acompañar y así motivar la deposición del borde cuspidado que origina los cordones. Materias estas que al ojo mecánico han quedado confinadas a la acción de la eterna ola oblicua que celebran de antiguo sus catecismos. La progradación simultánea de las barreras litorales hacia el norte y sur de la Paleopunta Villa Gesell durante la fase regresiva. . . Reitero, no es necesario que pertenezca a una faz regresiva. . . . permitió la expansión de las llanuras de marea protegidas (Violante et al ., 2001) sobre las que se desarrollaron las comunidades vegetales, representadas por los espectros palinológicos de los testigos T9-1 y La Lagunita (LL) (figura 5). Ver la expansión de las comunidades vegetales no permite imaginar la expansión, en términos de generación de cordones. Para ello es necesario estar al borde del cuerpo de agua receptor y contar con una salida tributaria El IPC para ambas secuencias (figura 6) muestra las mismas tendencias para los últimos 5.400 años A.P. sugiriendo que los ambientes evolucionaron de manera semejante. Las fluctuaciones entre ca. 5.400 y 3.300 años A.P. sugieren una inestabilidad de los ambientes. El cambio a valores semejantes y del mismo signo a partir de los 3.300 años A.P. estaría indicando el inicio de la estabilización de los ambientes. Al sur de la paleopunta Villa Gesell, el registro palinológico de LL (figura 5) sugiere la instalación de comunidades psammófitas-halófitas con anterioridad a ca . 5.400 años A.P. Estas comunidades se desarrollaron sobre las extensas planicies arenosas y salobres de las llanuras costeras delimitadas por una barrera, Ya he expresado que más conveniente a la fuerte dinámica interior de las marismas actuando hasta 90 Km al Norte de la línea de ribera actual, es descartar en esos tiempos la presencia de las barreras litorales que mencionan y que un día, sin duda aparecieron, pero mucho después que se conformaran y emergieran abundantes cadenas paralelas de cordones litorales. con una línea de costa cercana y con influencia marina (Stutz et al ., 2006). En ese momento el nivel del mar en el área ya habría alcanzado los 2-2,5 m s. n. m. (figura 6). Por cierto, que con ese nivel de 2-2,5 y sin los depósitos de löss fluvial y eólico que siguieron haciendo sus aportes durante esos 5 milenios, bien sencillo resulta imaginar lo que apunto de esas marismas a 90 Km más allá de las actuales riberas, precipitando los sedimentos que bajaban del Salado y forzando en los últimos 3.000 años su paulatino desvío al Este. Para hacer viable esa dirección -la única que le quedaba-, solo tenía que desarrollar meandros que elevaran su temperatura y de esta manera resolver el problema de los gradientes térmicos que le permitieran marchar hacia el Este Durante un tiempo funcionaron ambas salidas. El cierre de Pinamar debe haber ocurrido hace unos 1000 a 1500 años, cuando las barreras de médanos terminaron de oficiar el cierre. La pequeña cuenca del Sur quedó supeditada a la eficiencia del cordón litoral de salida de Mar Chiquita. El sistema del Salado no resistió la poderosa formación de las barreras litorales y quedó prisionero. Desde el punto de vista subsuperficial, las cartas hidrogeológicas no sólo muestran esa separación, sino también la continuidad del sistema del Salado desde al Norte, hasta bien al Sur. Las reservas Puelches en la estrecha franja marítima. son debidas a las recargas que regalaba la deriva litoral alimentada de las aguas dulces de las salidas tributarias, bien disociadas de las saladas. Fenómenos que en términos mecánicos resultan inexplicables.
. . . . . Las tendencias semejantes de los valores de Chenopodiaceae, Poaceae y Asteraceae mostradas por los espectros palinológicos de T9-1 y LL entre ca . 5.400 y 3.300 años A.P. (figura 5) y la ordenación espacial de las muestras de ambos testigos en el DCA (figura 7) sugieren el desarrollo de mosaicos de comunidades halófitas-psammófitas semejantes al norte y al sur de la Paleopunta Villa Gesell. Esta semejanza estaría relacionada con la progradación simultánea de las barreras regresivas a partir de la Paleopunta y con el establecimiento de llanuras de mareas con características similares detrás de las barreras durante un período de estabilidad del nivel del mar entre ca . 5.000 y 3.500 años A.P. Ya nos vamos entendiendo un poquito más. Las fluctuaciones del IPC (figura 6) durante este tiempo evidencian la inestabilidad del ambiente como respuesta a las modificaciones de las barreras. Al norte, la inestabilidad estaría relacionada principalmente con cambios en la dirección de progradación de la barrera, con fluctuaciones en la posición y con la repetida reducción de su extensión (Violante et al ., 2001). Sin duda, el encierro en que había quedado el sistema interior -puesto que por gradientes térmicos, en tanto hubiera circulación, la intención del Salado seguía siendo la misma de salir por el Sur-, debió haber perforado más de una vez esas barreras. Las zonas ubicadas detrás de la barrera se comportaron como áreas de circulación restringida y protegidas de la acción marina directa y fueron configurando la protobahía Samborombón, donde se desarrolló el mosaico de comunidades halófitas-psammófitas. Repito, NO FUE una barrera la que configuró la bahía. En todo caso fueron dos. La forma de inicio y cierre de la protobahía de Samborombón responde: al Norte, a los fuertes desencuentros dinámicos de las derivas que hoy mismo y desde hace 100.000 años vemos en Punta Piedras; y al Sur, a la deriva de plataforma que primero se descubre dando la base de Punta Médanos saliendo por el cordón de Villa Gesell; y muy, muy posteriormente, a la deriva litoral responsable de Punta Rasa. Los perfiles superficiales y subsuperficiales responden a las acreencias litorales y no tan litorales, generadas por las energías de la deriva litoral y las dos grandes derivas de plataforma; siempre a partir de salidas tributarias cargadas de sedimentos; y éstos, baterías convectivas alimentando las energías de las anteriores. Al sur, la inestabilidad estaría relacionada con la progradación de la barrera debido a la acción combinada de la deriva litoral y el crecimiento vertical como consecuencia de la emergencia de islas barrera. Si hubo inestabilidad al Sur de la paleopunta, eso fue debido a las esporádicas crecidas sudestadas superando los cordones litorales emergidos, conocidos como playas. Si es que fueron superados y sin duda lo fueron, no cabe hablar de médanos como barreras a estas crecidas. Por otra parte, Mar Chiquita nunca parece haber perdido su salida al mar hasta que el hombre la arruinó. Las trasgresiones de agua salada aparecen más acreditadas en las cartas hidrogeológicas, al Sur de la paleopunta. La dimensión de la cuenca al Sur de Villa Gesell habla de una menor opción de lavado. Estas permitieron la circulación de agua de mar y generaron condiciones salobres óptimas para el desarrollo progresivo de las comunidades halófitas en un ambiente de marisma-laguna costera (Stutz et al ., 2006). Entre ca. 5.400 y 3.300 años A.P, las mayores proporciones de paleomicroplancton en T9-1 y de Asteraceae, Cyperaceae y psammófitas en LL indicarían distintos ambientes de depositación, representados por un ambiente litoral de plataforma (T9-1) y un ambiente albuférico (LL) al norte y al sur de la Paleopunta, respectivamente. A partir de ca. 3.300 años A.P. las comunidades vegetales cambiaron y se diferenciaron a ambos lados de la Paleopunta Villa Gesell (figuras 5, 7). Al norte, el mosaico de comunidades halófitas-psammófitas de ambientes asociados a la barrera fue reemplazado por una comunidad de médanos estabilizados. En ese momento se producía el avance de las crestas de playa de la barrera en dirección norte (Violante et al ., 2001). Al sur, ca. 2.500 años A.P. se establecieron comunidades halófitas, que alcanzaron su mayor desarrollo en una marisma protegida y con un ambiente albuférico de laguna costera delimitados por la rápida progradación de la barrera hacia el sudoeste (Stutz et al ., 2006). La idea de la progradación de la barrera hacia el SO es lo que le ha permitido a Violante dibujar la salida de Mar Chiquita sin salida por cordón litoral alguno. Pesada incomprensión de cómo funcionan esos pequeños mares interiores. Que por otro lado, hoy no luce tal progradación, sino hacia el NE. La imagen tiene el Norte corrido 40º al O La expresión "en ese momento" para referir a los desarrollos de cresta de playa, -simples emergencias de sucesivos cordones litorales-, me resulta poco afortunada. Ese "momento" es la paciencia perseverante de la capa límite térmica precipitando preciosos bordes cuspidados. Estas bordadoras trabajaron y siguen trabajando por milenios, aunque sus dinámicas aún no hayan sido advertidas por los físicos en dinámica costera y sedimentólogos. Son pacientes y ordenadas; y no necesitan regresiones para hacer su trabajo. Sólo aprecian salidas tributarias que les pongan fuego al trasero de la fina estela litoral, para que el gradiente determinante de su advección, simpre lo encuentren al Norte y no al Sur. El día que entiendan esto, la sedimentología tendrá para escribir unas cuantas páginas de nuevo. Espero que Cavallotto sea el primero. Aprecio su humildad, perseverancia y seriedad. Durante el descenso relativo del nivel del mar hasta su posición actual se produjo una intensa progradación de los ambientes protegidos por las barreras (Violante et al ., 2001). Al norte de la paleopunta Villa Gesell se fueron configurando las llanuras costeras sin conexión con el mar debido al desarrollo de la cadena de médanos de la actual barrera oriental en la que se establecieron las comunidades psammófitas actuales. Al sur, por detrás de la barrera de médanos se estableció un ambiente de marisma similar al actual. El desarrollo de una vegetación psammófita en las proximidades de la desembocadura de la laguna Mar Chiquita a partir de ca. 2.500 años A.P sugiere el establecimiento durante ese tiempo de la barrera medanosa (Stutz et al ., 2006). Esos médanos sepultaron parte de la marisma en su migración hacia el interior del continente con posterioridad a 1.400 años A.P (Isla et al ., 2001). Una reactivación de la zona costera para este sector se produjo a ca . 540 años A.P. (Isla et al ., 2001). Conclusiones El análisis comparado de los espectros palinológicos fósiles de dos secuencias provenientes de áreas que se desarrollaron separadamente durante el Holoceno, pero fueron sometidas a los mismos forzantes, muestra un buen acuerdo con las inferencias paleoambientales basadas en los estudios geomorfológicos. Así, la similitud de los ambientes al norte y al sur de la Paleopunta Villa Gesell durante el Holoceno medio quedó evidenciada por el desarrollo de comunidades halófitas-psammófitas semejantes en ambas áreas. El establecimiento de comunidades similares durante un momento de estabilidad del nivel del mar durante la fase regresiva sugiere que el principal forzante fue la progradación de las barreras. La evolución de estas barreras durante el descenso del nivel del mar hasta su nivel actual estaría en relación con la diferenciación de las comunidades vegetales al norte y sur de la Paleopunta con posterioridad a ca . 3.300 años A.P. La diferenciación de las comunidades más se debe al desplazamiento gradual del sistema del Salado hacia la salida por Pinamar y agotada ésta, a su derivación al Este. La cuenca de Mar Chiquita, por transitar en buena parte con soportes gravitacionales, no reconoce las cargas sedimentarias de los sistemas totalmente convectivos. El cálculo del coeficiente Poaceae/Chenopodiaceae (IPC) permitió la estimación relativa de la variabilidad del ambiente en función de las fluctuaciones del nivel del mar y facilitó la interpretación de aquellos espectros dominados por tipos polínicos que sólo pueden diferenciarse a nivel de familia. Las imágenes que siguen intentan graficar estas dinámicas mareales, convectivas de derivas litorales y convectivas de aguas someras, asistiendo transferencias a los olvidados rumbos del Salado, que han venido siendo sugeridas a lo largo de estos textos. Con las debidas Gracias a mis Queridas Musas Alflora y Estela Francisco Javier de Amorrortu, 20 de Octubre del 2012
Dinámicas pleistocénicas y holocénicas del sistema del Salado |
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Idem, pero con mayor resolución Idem, pero con mayor resolución Imagen del frente atlántico con mayor resolución El frente de aprox 20 Km resaltados con una línea amarilla marca el área más activa de la boca de salida del sistema del Salado que operaba al Norte de la paleopunta Idem, pero con mayor resolución La línea amarilla al final de la imagen muestra el sector del cordón litoral coincidente con la llamada paleopunta y cuya altimetría aún es rescatable en el entorno. Preciso lugar donde termina el cordón litoral de aprox. 25 Km de largo, en coincidencia con lo que llaman paleopunta Villa Gesell. Ver /marchiquita3.html
Derivas litorales del sistema del Tuyú y milenarias derivas de plataforma, que hoy siguen aprovechando los desencuentros de derivas litorales Traducción fotográfica de esas fugas litorales a plataforma, rumbeando al Sur antes de curvarse al Este y luego al NE Si las barreras medanosas consagraron el cierre de las salidas atlánticas del sistema del Salado, hoy vienen rematadas por todos los desarrollos urbanos en la costa. A la altura de la salida de la boca al Norte de la paleopunta, sólo resta un pequeño sector de 3 Km de ancho al Sur de Cariló para intentar reproducir una salida por cordón litoral
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