Ría de Santa Cruz
De los conceptos de ría y estuario, aprovechando los textos de otros autores para contrastar opiniones
Los textos intercalados en itálica son de mi autoría Francisco Javier de Amorrortu También lo son las imágenes del Google Earth recalificadas para destacar fenómenos y avanzar en fenomenologías.
El concepto de estuario: el caso del Río Gallegos
Roberto Hilson Foot
Agradecimientos
A Gerardo Perillo (IADO) por su valiosa orientación. A Jorge Mermoz con quien hemos compartido tantos años de proyectos y docencia y a la Licenciada Pia Simonetti.
I
Parece un desafío interesante comenzar este artículo con un cuestionamiento acerca de la necesidad de construir un objeto de estudio científico denominado estuario. ¿No podríamos subsumirlo en el estudio hidrológico de ríos o incluirlo dentro del ámbito de los océanos? Es posible imaginar la adopción de un límite definido, decretando que río arriba de cierta línea, estaríamos en el área de estudio fluvial y que río abajo tendríamos el área de estudio propio de la oceanografía.
En primer lugar aprecio destacar que la mecánica de fluídos como ciencia, nunca ha modelizado en laboratorio las dinámicas horizontales de las aguas someras y sangrías mayores en planicies extremas, ni mucho menos sus compromisos con las energías solares y los gradientes que facilitan sus enlaces con las baterías convectivas de los suelos aledaños.
En el trabajo Surface heat exchanges in an estuarine tidal flat (Bahía Blanca estuary, Perillo no sacó conclusiones de los aportes que el sol y las cajas adiabáticas abiertas adyacentes aportan a la dinámica horizontal de las aguas, sino a las referidas a evapotranspiración.
El trabajo de campo con correntómetros, ecosonda y sonar de barrido lateral para inferir el modelo de circulación sedimentaria y boyas "inteligentes" y centenares de miles de datos estructurados con criterios laminares, cuyas secuencias no revelan cómo se origina y cómo se transfiere la energía atesorada en los esteros y bañados a los sedimentos y cómo asisten éstos al vehículo que los transporta en sus largos viajes por la plataforma marina.
Sin explicar las fortunas de las disociaciones que reinan por todos lados y en especial, en las interfaces de salida; aferrados a catecismos gravitacionales; asistiendo inferencias a modelos de caja negra; satisfechos sus desajustes con recursos lagrangeanos; silenciando fracasos en ecología de ecosistemas, tal el caso de la erosión en las playas atlánticas y en particular, cargando paupérrimos soportes de imagen y correlatos altimétricos y batimétricos, en un tiempo donde todos estos soportes de criterio vienen regalados; prueban que el ojo mecánico perdió sensibilidad para dejarse sorprender y privilegió aferrarse a certezas mecánicas de aparatitos que seducen a sus dueños pero nunca seducen por estar refiriendo de gradientes y enlaces ecosistémicos.
Por ello reitero, no es la razón científica haciendo uso de extrapolaciones fabuladas de energía gravitacional, la que nos acerca las materias y energías más interesantes a considerar en las rías y en los estuarios -más allá de sus intercambios mareales-, sino la fenomenología de sus dinámicas tras haber alcanzado, no a la razón, sino a los sentidos, el fenómeno alertador de las diferencias que caben a sus interfaces de salida a plataformas marinas y a derivas litorales.
En la construcción del objeto lidiamos según Pierre Bordieu con la amenaza del lenguaje y el sentido común. Hay prácticas lingüísticas que refieren a la zona de estudio bajo el nombre de ría, imponiéndonos por tanto la necesidad de una ruptura epistemológica, resignificando conceptos e intentando establecer una vigilancia epistemológica que corte con las confusiones mas tenaces.
La epifanía de las voces está impresa desde sus orígenes con bastante más claridad y sinceridad que las impuestas por vigilancias epistemológicas.
Ninguna epistemología logrará quitarle a la voz "estuario" su relación con lo que se quema, lo que se calienta, lo que se prende fuego. Así lo señala la raíz indoeuropea: *aidh, quemar. Voces emparentadas a "estuario": estiaje: caudal mínimo de un río, estero o laguna; estuante: encendido, excesivamente caliente. De aquí también: estío y estero.
Esas energías, las acumuladas en las grandes cajas adiabáticas abiertas y naturales que conforman los esteros y bañados aledaños a los anticipos deltarios y salidas estuariales, no son para resúmenes poéticos en términos de: "burbujeo de un líquido en ebullisión similar al efecto óptico del intenso oleaje, las corrientes y mareas en los estuarios en condiciones bravías" , como más adelante Hilson Foot sugiere; sino para advertir la presencia de manifestaciones de energías solares que nunca la mecánica de fluidos tomó en consideración, porque nunca supo como conceptualizarlas, mucho menos cómo modelizarlas y simplemente las ninguneó como "turbulentas verticales", sin nunca saber qué hacer con ellas, aunque fuera... mirarlas.
Respecto de ámbitos hidrogeomorfológicos que reconocen -al igual que los estuarios-, las energías presentes de los flujos en descenso de los tributarios en él, y los reflujos mareales en sentido contrapuesto; a esos otros ámbitos, las relaciones de ancho y profundidad facilitan descubrirlos como “rías”.
En ellas los procesos de convexión externa son más prestos que en los estuarios donde priman los prolongados procesos de convección interna, dando lugar a la formación de los cordones litorales; donde resulta elemental la mirada mucho más sensible a termodinámica de ecosistemas naturales olárquicos abiertos.
En las “rías” también cabe mirada a termodinámica, pero con particular atención a hidrotermogeomorfología, caracterizando las memorias convectivas grabadas en los fondos de salida. Es de advertir en las salidas de las rías, que en las disociaciones que se muestran en ellas, una descubre el lóbulo de penetración en plataforma, en tanto la otra busca salida por deriva litoral. Ver imagen que sigue de la ría del Santa Cruz.
Ver en el perfil batimétrico esa penetración del lóbulo en plataforma cuya memoria convectiva está grabada en el fondo desde hace millones de años.
También es de advertir la tímida presencia de formas estuariales con deposición sedimentaria fruto de capa límite térmica, antes de devenir en rías
La asistencia cognitiva que recibieron las salidas tributarias en su delicado encuentro con el cuerpo de agua mayor con el soporte del catecismo de la deriva litoral fundada en mecánica de fluidos y su versión del oleaje oblicuo, esquivando la formación y prolija multiplicación de los cordones litorales, sólo alcanzaron por siglos confusión; siendo esa mirada responsable de las grandes asfixias de nuestros frenados, cuando ya no MUERTOS, pobres tributarios
Así entonces, calor, transferencia de energías convectivas a sedimentos y termodinámica de sistemas naturales enlazados y abiertos, son las materias que muchísimo más que los enfoques propios de mecánica de fluidos, ayudan a revelar algo de los delicados procesos y energías que asisten la Vida y diferencian los estuarios y las rías.
Por cierto, en la millonaria Vida que reconocen estas salidas cabe imaginar tiempos en los que fueron estuarios para hoy advertirlas devenidas en rías.
Por ello, esta cuestión no se abre a discernir sobre una mera confusión lingüística según Burdieu, sino a una formidable confusión científica por falta de observación, que hoy con ayuda satelital tiene cómo ser advertida.
Al intentar efectuar este deslinde entre el río y el océano se nos generan especificidades no reductibles a estos ámbitos, las posibles líneas demarcatorias fluctúan por ejemplo en función de las mareas, el caudal del río que no es constante, los vientos de diversas direcciones que tienen diferentes efectos, etc.. Por lo que hemos aceptado la conveniencia de determinar un objeto científico específico, diferenciando a partir de una ruptura con el uso común del lenguaje e intentando por medio del trabajo científico acotar el concepto de estuario, pues recordemos que términos como ría o estuario preexisten a la constitución del objeto científico.
A esta frase cabe apuntar que no se trata hoy de una interfaz río-océano, sino río-plataforma marina; -y no tan marina-, como es el caso de la interfaz en el escalón de la Barra del Indio entre Punta Indio y Montevideo. Ver el rol del corredor Alflora en www.alestuariodelplata.com.ar/frentehalino2.html . /frentehalino3.html . /frentehalino5.html y /frentehalino7.html
Sin embargo la complejidad no se agota aquí, pues dentro de un marco científico aparece otra complicación con la determinación del concepto, pues estuario es una denominación que tiene una gran amplitud connotativa y una inmensa variedad denotativa en diversas disciplinas como en Derecho Internacional Público, Ciencia Política, Geomorfología, Ecología, Biología Marina, Oceanografía, cada una trabajando su propio concepto.
Esta polisemia del vocabulario científico va unida a la polisemia del lenguaje cotidiano. Recordemos a modo de ejemplo el caso de Bahía Blanca, donde la tradición histórica llamó al lugar bahía, lo cual quedó plasmado en la cartografía. Eduardo Mallea quien nació en Bahía Blanca la denomina en su “Historia de una pasión Argentina” como bahía. Además de este nombre, de boca de los pescadores y habitantes hoy en día se escucha la referencia a la ría y simultáneamente el esfuerzo de los investigadores del IADO como Gerardo Perillo y Cintia Piccolo por imponer el nombre y concepto de estuario.
Ninguna de esas ciencias mencionadas líneas arriba ha hecho aporte medular alguno otro que arrogarse derechos sin debate apreciable alguno. Que si este trabajo de Hilson Foot lo fuera, pues entonces justificamos muestra presencia contrastante para devolver las voces al sentido afortunado de sus orígenes, mucho antes de que estas ciencias nacieran.
L. Wittgenstein afirmaba que estamos en lucha con el lenguaje y en el intento de reducir ambigüedades y confusiones es conveniente llegar a una mayor precisión terminológica logrando una denotación mas acotada, pero si intentamos una convergencia epistemológica entre disciplinas científicas los criterios en términos de teorías, métodos, indicadores y variables son muy distintos.
Pues en este caso de las dinámicas horizontales de las aguas someras y sangrías mayores en planicies extremas, las confusiones creadas por la mecánica de fluídos extrapolando fabulaciones gravitacionales donde reinan energías convectivas, han sido tan dilatadas que no cabe por el momento hablar de convergencias, sino de despistes olímpicos.
Lo planteado hasta aquí no es un problema especulativo, algo circunscripto a teorías, sino que en las discrepancias terminológicas aparecen conflictos jurídicos, económicos, políticos, sociales como ocurre por ejemplo en torno al Plata.
Por ello, este qe suscribe estos contrastados comentarios reconoce 34 demandas de hidrología urbana en SCJPBA y en CSJN. Ver esas demandas en http://www.hidroensc.com.ar
Tampoco suscribo comentarios especulativos, porque ningún interés particular o curricular me mueve -siempre me precio de ser el burro del hortelano-, ni circunscribo teorías, sino más bien edito imágenes de fenómenos, para desde ellos persiguir fenomenologías. Con tal empèño que hasta alerto en Suprema Corte para evitar que las pretendidas epi-stemologías científicas desprendidas de catecismos de Isaac Newton sigan multiplicando desastres.
Con la evolución del Derecho Internacional, los derechos del estado costero sobre golfos y bahías han dependido de la determinación de líneas de base. En 1758 Emmerich de Vattel (1714-1767), filósofo y jurista suizo, en su obra “Droit des Gens”, establece que todo estado costero domina lo que puede defender desde la costa con el alcance de los cañones de la época, o sea unas 3 millas. Hay un énfasis otorgado al estado como sujeto y como unidad soberana al momento de determinar jurisdicción.
Exactamente doscientos años después, la convención de Ginebra de 1958 sobre mar territorial, adoptó en su artículo 7 inciso 5 el criterio de 24 millas como extensión máxima de abertura interior para poder seguir considerándolo como aguas interiores (12 millas de cada lado en caso de binacionalidad). El artículo 13 establece que si desemboca directamente en el mar, la línea de base para la demarcación del mar territorial será la de desembocadura. Es en esta categoría dentro de la cual queda comprendido el Río Gallegos.
Qué dirían los convencionales de Ginebra si se enteraran que los sedimentos del Amazonas y del propio estuario del Plata hacen viajes en sistemas de aguas dulces disociados de las saladas, hasta 700 kms de distancia de sus bocas tributarias para depositarlos en el talud oceánico. Quedarían con los ojos blancos. Ver video http://www.delriolujan.com.ar/manadelcielo.html
Es interesante analizar como define el termino estuario un tratadista del derecho internacional público como Podestá Costa Ruda, cuando dice “que es la desembocadura de un río cuyo cauce ha sido excavado y ensanchado por el flujo y reflujo de mareas poderosas con costas y lecho endebles”.
Pues al parecer de este que suscribe, el Sr Costa Ruda ha acertado en considerar que a los estuarios favorecen las costas y lechos endebles. Pero ha errado de un extremo al otro al considerar que la desembocadura del cauce ha sido excavado y ensanchado por el flujo y reflujo de mareas poderosas. Eso tal vez sea propio de las rías, pero no de los estuarios.
El perfil de fondo del estuario del Plata reconoce depósitos sedimentarios multimillonarios en espesor y en años, e insignificantes de insignificancia plena, en materia de profundidad de cauces. De hecho, todas las salidas tributarias están sostenidas con fenomenales acreencias territoriales, esas que llamamos cordones litorales y ellas sólo se regalan en el seno entre cordones. Que por ser tan delicados e insignificantes son tan prestamente bastardeados por los mecanicistas de turno.
El único escalon importante que se descubre en el perfil de fondo del estuario se regala a la altura de la barra del Indio, fruto de un sistema convectivo de deriva litoral que se desprende de su condición litoral para cruzar a 90º la estimada dirección de flujos del estuario y llevarlos hasta el Chuy, para luego convectar externamente y depositarlos en el talud oceánico.
Y todo este viaje extraordinario lo realiza sin dejar huellas de cauce alguno, otro que grabado como memoria convectiva en el fondo de esos senderos marinos. En realidad, conforman relieve y no surco. E incluso cuando descargan en el cono de sedimentación oceánico lo hacen con tal suavidad, que tampoco dejan ese surco que, por dar ejemplo, muestra el pequeño cañon de Mar del Plata. Por ello esta referencia a Costa Ruda luce despistada.
Recordemos que en el contexto del Derecho Internacional la condición jurídica de los estuarios fue asimilada al de los golfos y bahías determinando su condición de aguas interiores en tanto no excedan al ancho establecido de 24 millas. Esto tal como explica Max Sorensen revierte la tendencia estableciendo por el Protocolo Final del Congreso de Viena el 9 de Junio de 1815, que en su Art 109 establecía la libre navegación de los ríos.
En 1856 el Tratado de Paris reafirmó la libre navegación del Danubio y posteriormente en la conferencia de Berlín el Río Congo y el Río Niger son decretados como de libre navegación. En el caso del Río Gallegos como no es compartido jurisdiccionalmente por los estados, como no excede el ancho máximo y además no habiendo sido categorizado como caso de bahía histórica por la convención de 1958, fundamentado en la Doctrina Drago, claramente corresponde a aguas interiores con jurisdicción exclusiva del estado argentino.
Volviendo al tema ría o estuario, no conozco ría en nuestras vecindades que alcance a superar las 24 millas. pero si reconozco las observaciones efectuadas al modelo empleado para el Balance de nutrientes principales del río de la Plata interior, de los investigadores del INA, Patricia Jaime y Angel Menéndez.
En relación a la "Dispersión en flujo oscilante" resalto aquí esta brevedad que fácil cabe observar ampliada en /fondo3b.html
El uso de la ecuación (3.3.23) en estuarios puede ser cuestionable ya que ha sido verificada sólo para flujo estacionario con una relación ancho/profundidad máxima de 60; y en estuarios esta relación puede ser del orden de 600.
Y en nuestro estuario puede serlo de 1 en 3000.
Sin embargo, a falta de otra información se la usa para estimar los efectos de la distribución transversal de velocidades en estuarios.
Se observa que el efecto de la marea reduce significativamente la intensidad de la dispersión por gradiente transversal de velocidades (el parámetro Tl’ toma valores muy inferiores a 0,1), por lo que resulta dominante la dispersión por el gradiente vertical de velocidades.
Pocas líneas antes ellos mismos habían señalado: Fisher (1967b) observó que, en canales naturales y estuarios, el efecto del gradiente horizontal es dominante, a tal punto que en muchos casos la dispersión debida al gradiente vertical puede despreciarse.
Al menos confiesan las incoherencias en forma bien abierta
II
Desde el punto de vista de la geomorfología el foco de atención científico esta puesto en aspectos bien diferentes. Para Pritchard, D. (1952) un estuario es: “a semienclosed coastal body of water which has a free connection to the open sea and within which sea water is measurably diluted with fresh water derived from land drainage”.
Ningún discernimiento acerca respecto de una ría a la que le caben las mismas expresiones generales del intercambio mareal.
En su trabajo de 1980 R.W. Fairbridge define al estuario como: ”an inlet of the sea reaching into a river valley as far as the upper limit of tidal rise”.
Al igual que el anterior, ningún discernimiento acerca respecto de una ría a la que le caben las mismas expresiones generales del intercambio mareal.
Inmediatamente notamos que desde las ciencias vinculadas con la geología los aspectos jurisdiccionales desaparecen. En 1967 Pritchard junto a Cameron reformularon la definición: “semienclosed coastal body of water which has a free connection with the open sea and within which sea water is measurably diluted with fresh water drained from the land drainage”.
Este "within which sea water is measurably diluted with fresh water", es aserto de la razón más que de la observación de la columna de agua a lo ancho de la interfaz. Las disociaciones térmica e hidroquímica son la norma. Las asociaciones, la excepción; aunque la razón se alele por confusión.
J.O. Codignotto siguiendo de cerca la orientación de Pritchard en el Glosario Geomorfologico, afirma que un estuario, como el de Rio Gallegos, ”es un cuerpo de agua costanero semicerrado con una conexión libre con el océano abierto en él, el agua de mar sufre una dilución significativa debido al agua dulce proveniente del escurrimiento terrestre.”
No he observado el comportamiento de las rías santacruceñas como para cruzar opinión con el amable y generoso Jorge Codignotto; pero no tengo duda en afirmar que el fenomenal transporte sedimentario de estas cuencas patagónicas a la plataforma continental en tiempos idos, prueba la energía de corredores de agua dulce y poderosas cargas sedimentarias que ningún obstáculo encontraban en traslados, perfectamente disociados de las vecinas aguas marinas; tal cual lo siguen haciendo en regiones donde el sol aporta enormes energías.
Al haber disminuído tan sustancialmente la carga de sedimentos transportados desde estas cuencas a la plataforma marina, no parece tan sencillo mostrar estos abismos de la razón enfrentados a los singulares destinos convectivos.
De cualquier manera nos caben imágenes de esas disociaciones y opuestos destinos en estas rías sureñas en tiempo presente y no en tiempos idos. Ver en la imagen que sigue esos dos destinos en la salida de la ría de Santa Cruz.
Estas definiciones en el ambito geomorfologico ignoran los aspectos jurídicos propios del Derecho Internacional a pesar de utilizar la misma categoría, no cuantifican las dimensiones ni consideran la dimensión historica del problema. Pero además se concentran en los aspectos abióticos del fenómeno, ignorando completamente la dimensión biológica.
Sin embargo, bastante mayor ignorancia relativa muestran los discípulos de Newton después de 3 siglos respecto de los sistemas convectivos presentes en las sangías mayores, en los suelos aledaños, en sus enlaces por bordes lábiles, en las memorias de fondo, resguardos disociativos y recursos acumulativos.
Todo un universo nunca visto a pesar de ser el sol responsable de que el 23% de toda la energía que alcanza a nuestra esfera -10.000 veces mayor de todo lo que consume el hombre en el planeta-, tenga como destino hacer funcionar la maquinaria de las distintas corrientes fluidas.
Toda la verdura del planeta generada por fotosíntesis tan sólo usa el 0,023% de esa energía y los mecanicistas siguiendo a Newton en sus fantasías gravitacionales ignoran energías 1000 veces mayores. No parece ser éste un problema epistemológico, sino catecuménico de fanatismo en estado puro.
III
Si uno ante esta asombrosa heterogeneidad terminológica entre diversas disciplinas intenta una reconstrucción etimológica buscando algun núcleo conceptual prexistente a la determinación científica debe comenzar rastreando el significado del adjetivo. El adjetivo en latín es aestuarium, que proviene de aestus/aestas = verano, o sea de gran calor, ardor, lo cual se asocia a hervor, al burbujeo de un líquido en ebullisión similar al efecto óptico del intenso oleaje, las corrientes y mareas en los estuarios en condiciones bravías.
Aquí la ebullición imaginativa descubre su impotencia para relacionar calor como trabajo -fenómeno propio de cajas adiabáticas abiertas-, levantando vuelo al efecto óptico de las condiciones bravías. Facilitando accesos a generación de sinceridad, esta imagen que sigue muestra esas acumulaciones y esas transferencias convectivas en un simple charquito de agua, fruto de una lluvia de 30 mm, fotografiada 8 días después de haber caído y sin ningún oleaje ni efectos ópticos bravíos.
Un microsistema de esteros donde sólo quedaban bañados destruídos, generado espontáneamente sin más auxilio que la energía del sol y el efecto acumulativo; en donde hasta las vegetaciones participan su misión de captación. En lugar de hablar de la variable de Manning acercamos esta otra mirada propiciatoria de la chispa que encienda a los procesos convectivos
El término también se vincula a mareas, aestus maritimi accedentes et recedentes, por ello es que se vincula con vehemencia y pasión, por un lado pero también con fluctuaciones e indecisiones.
Este inesperado ámbito poético resulta propicio para presentar a mis Queridas Musas Alflora Montiel Vivero por haberme despertado de la siesta mecanicista y Estela Livingston por enriquecer expresión .
En la modernidad el término aparece por ejemplo en una entrada de 1538 del Oxford Dictionary como :
- tidal opening, an inlet or creek through which the tides enter. An arm of sea indenting the land
- tidal mouth, mouth of great rivers where tides meet the current of fresh water.
- a place where liquid bosts up.
Por tanto en el siglo XVI “estuary” implicaba un brazo de mar, afectado por mareas, en la desembocadura de ríos, no habiendo dimensión biológica, ni jurídica en la definición.
Ni tampoco probado el nivel y calidad de la asociación dulce-salada. Como lo señala Perillo: sin cuantificar ni precisar lo que se considera como una dilución significativa.
Charles Lyell nacido en 1797 en Kinnordy, Escocia y muerto en 1875, escribió el gran clásico “Principles of Geology”, donde se refiere a “estuary” como “a term which we confine to inlets entered both by rivers and tides of the sea”.
Cada definición desde la geomorfología ha ido privilegiando a lo largo de la segunda mitad del siglo XX distintos aspectos del fenómeno. Hays (1975) enfatiza el rol de las mareas en el modelo estuarial clasificando a los estuarios en función de la amplitud de mareas en:
Macromareales > 4 mts.
Mesomareales de 2 a 4 mts.
Micromareales < 2 mts.
El estuario del Rio Gallegos cae en la primera categoría.
En 1984 el Coastal Engineering Research Center de EEUU define al estuario como: “Parts of a river that is affected by tides… region near a river mouth where the fresh water of the river mixes with the salt water of the sea”.
En 1992 Dalrymple le agrega otra dimensión geomorfológica al concentrarse en los sedimentos de origen marino y fluvial para el regulado del estuario registrado por el efecto de mareas, olas y el factor fluvial.
Demasiada generalización y nula información aporta Hilson Foot, para una situación donde las disociaciones son la regla y las asociaciones la excepción
En la Argentina Gerardo Perillo y Cintia Piccolo del IADO han desarrollado otra definición: “Un estuario es un cuerpo de agua costero semicerrado que se extiende hasta el límite efectivo de la influencia de la marea, dentro del cual el agua salada que ingresa por una o mas conexiones libres con el mar abierto, o cualquier otro cuerpo de agua salina, es diluida significativamente con agua dulce derivada del drenaje terrestre y puede sustentar organismos eurihalinos, ya sea durante una parte o la totalidad de su ciclo de vida”.
Al analizar la definición podemos observar un primer elemento geomorfológico pues el estuario es un elemento costero, semicerrado por tanto es una parte de la costa, no siendo un ámbito marino. De acuerdo a la definición se extiende hasta el límite efectivo de la influencia de las mareas, lo cual plantea un umbral del objeto de estudio determinado por condiciones geomorfologicas, descartando consideraciones jurídicas o económicas.
La mención a la mezcla del agua dulce, salada focalizado en la dinámica hidrológica privilegia una vez mas el componente geomorfológico con un énfasis en el aporte de agua continental, pero sin cuantificar ni precisar lo que se considera como una dilución significativa.
Bastante sincero para dejar el tema de las mezclas en el tintero.
El criterio de definición de Perillo-Píccolo no menciona aquello que Dalrymple había considerado tan determinante, es decir sedimentación, pero si incluye una dimensión biológica al resaltar la importancia de los organismos euriahalinos.
La definición por tanto si bien descarta elemento jurídicos o políticos, apunta a una convergencia epistemológica entre algunos aspectos de la geomorfología y de la biología para poder definir un estuario, lo cual marcha a nuestro entender en la dirección correcta pues la realidad de las problematicas sociales demanda una coordinación y sinergia entre diversas disciplinas.
Antes de cerrar este capítulo vayamos a una nueva vuelta con Perillo. Éste considera a la energía mareal como la más importante presente en el estuario.
Nunca imaginó que la energía solar que mueve estos sistemas es mucho mayor que la mareal. Nunca superó el marco de cosmovisión que plantea la mecánica de fluidos. Nunca mencionó que estos que en mecánica de fluídos son llamados flujos turbulentos verticales, en termodinámica de sistemas naturales olárquicos abiertos pertenecen a la categoría de flujos convectivos internos naturales positivos; de los que comenzando por mirar las células de Benard sacaríamos algún día, algún provecho.
Reconoce que los flujos en esta Bahía Blanca son turbulentos. Sin embargo, todas sus mediciones con ecosonda y sonar de barrido lateral para inferir el modelo de circulación sedimentaria, van gestionadas con criterio laminar sumando comparaciones en la columna de agua.
Sugiero a Perillo mirar por J. Lighthill, "The Recently Recognized Failure of Predictability in Newtonian Dynamics", en Proceedings of the Royal Society, Londres, A 407, 1986: 35-50. Refiriéndose a él Prigogine señalaba:
"Querría remitirme al testimonio de un especialista de la más antigua de las ciencias físicas, la mecánica racional, Sir James Lighthill, presidente, en el momento en que hacía esta declaración, de la International Union of Theoretical and Applied Mechanics: "Aquí, debo pararme y hablar en nombre de la gran fraternidad de los que practican la mecánica. Somos muy conscientes hoy de que el entusiasmo que alimentaban nuestros predecesores por el éxito maravilloso de la mecánica newtoniana les ha llevado a generalizaciones en el dominio de la predicción [...] que ahora sabemos que son falsas".
"Queremos, colectivamente, presentar nuestras excusas por haber inducido a error al público cultivado recogiendo, a propósito del determinismo de los sistemas que satisfacen las leyes newtonianas del movimiento, ideas que se han revelado, después de 1960, como incorrectas."
"He aquí una declaración que bien se puede considerar demoledora. Los historiadores de las ciencias están acostumbrados a "revoluciones" en el curso de las cuales una teoría es vencida, abandonada, mientras otra triunfa. ¡Pero es raro que los especialistas de una teoría reconozcan que durante tres siglos se han equivocado en cuanto a la inclinación y a la significación de su teoría! Y ciertamente, la renovación que conoce desde algunas décadas la dinámica es un acontecimiento único en la historia de la ciencia. El determinismo, que aparecía como la consecuencia ineluctable de la inteligibilidad dinámica, se encuentra hoy relegado a una propiedad válida sólo en casos particulares".
Agradezco a Prigogine que me invite a recordar que los aparatitos para aforos y las matemáticas tienen el inconveniente de presuponer que podemos definir a priori lo que es indispensable en un mensaje. Su definición no es neutra, sino que supone un contexto operacional en el que las significaciones y las relaciones entre medios y fines están fijadas a priori.
“Toda proposición es verdadera solo dentro de determinado Paradigma”. E. Kant (ça 1781)
“Has de entender también, ínclito Memmio, que aún cuando en el vacío se dirijan perpendicularmente los principios hacia abajo, no obstante se desvían; de línea recta en indeterminados tiempos y espacios (…)
Pues si no declinaran los principios, si no tuvieran su reencuentro y choque, nada criara la naturaleza“. Lucrecio, De Rerum Natura (ça -55 AC)
Sugiero descargar este inolvidable texto de Ilya Prigogine e Isabelle Stengers: el Tiempo y la eternidad
Decía Prigogine en conferencia pronunciada el 10 de junio de 1987 en el Gran Anfiteatro de la Sorbona: "La física se reencuentra hoy como una ciencia joven. Desde que Laplace, se dice, afirmó a Bonaparte que no habría un "segundo Newton", porque no había más que un solo mundo que descubrir, son numerosos los físicos que han pensado que su ciencia estaba en vías de finalizar. Un problema más a resolver, y todo se aclarará, al menos al nivel de los principios. Hoy, podemos afirmar por el contrario que el mundo de los procesos físicos y químicos, lejos de ser comprendido "en su principio", queda todavía por descubrir ampliamente.
De las experiencias de Henrí Bénard: si la diferencia de temperatura entre la parte superior y el fondo alcanza un determinado valor crítico, el flujo de calor es reemplazado por una convección térmica, en la que el calor es transmitido por el movimiento coherente de grandes cantidades de moléculas.
En este punto aparece un muy sorprendente patrón ordenado de células hexagonales (“colmena”), en el que el líquido caliente asciende por el centro de las células, mientras que el líquido frío desciende por las paredes de las células.
A medida que el sistema se aleja del equilibrio mediante el flujo de energía, se alcanza un punto crítico de inestabilidad, en el que aparece el patrón hexagonal ordenado. Un ejemplo de autoorganización en el que millones de moléculas se mueven coherentemente para formar células hexagonales por convección. (La expresión "millones o niles de millones" es de clara ligereza cuantitativa)
Cuando el flujo de materia y energía a través de ellas aumenta, pueden pasar a nuevas inestabilidades y transformarse en nuevas estructuras de incrementada complejidad. La energía se autoorganiza
En el transporte de calor por conducción el calor se transmite por colisión entre las moléculas. En un transporte por convección el calor se transmite por un movimiento colectivo de las moléculas; formándose torbellinos que distribuyen la capa líquida en "celdas" regulares. Miles de millones de moléculas que antes tenían un movimiento desordenado, particpan ahora en un comportamiento colectivo. La formación de las celdas de Bénard constituye verdaderamente la emergencia de un fenómeno macroscópico, caracterizado por dimensiones del orden de un centímetro, a partir de una actividad microscópica que no implicaba más que longitudes del orden del angstrom (10 elevado a -8 cm). ¿Cómo hubiéramos podido creer posible la emergencia de este comportamiento colectivo si la experiencia no lo hubiera impuesto?
Perillo nunca desarrolló criterio alguno para entender el concepto de "turbulencia" a partir de otra mirada que no fuera mecánica. Advertía que en los fondos era más manifiesta, pero nunca imaginó que los sistemas convectivos tienen su apoyo de memoria en los fondos; ya sean de senos entre cordones litorales de salida; o en relieves sembrados en senderos de derivas de plataforma.
Por eso cuando Freije y Marcovecchio (2004) resumen los comportamientos a partir del análisis de 20 años de datos, distinguiendo 4 etapas que se corresponden con las estaciones del año:
Comportamiento de Otoño. Dado que se da un máximo de precipitaciones a fines del verano principios del otoño(Ver Punto 2.1.2.2), se produce un marcado incremento en todas las concentraciones de nutrientes, alcanzándose durante esta etapa los máximos.
Período de Florecimiento. Esta etapa se repite en general todos los años y se caracteriza por la caída en la concentración de nutrientes, alcanzando los mínimos anuales. Esta etapa se inicial en los últimos días de junio y se prolonga hasta fines de septiembre, octubre o noviembre (dependiendo del año).
Etapa de “Recuperación” de Nutrientes. En esta se producen dos fenómenos, una rápida remineralización de la materia orgánica que se generó en la etapa anteriormente descripta (floración) y un nuevo aporte de nutrientes por los cuerpos de agua dulce y precipitaciones en la cuenca (segundo pico de precipitaciones).
Comportamiento Típico de Verano. Durante este período se producen pulsos de corta duración de crecimiento de especies fitoplanctónicas (identificadas anteriormente como segunda floración) que suele disminuir las concentraciones de nutrientes por unos días.
Parecen ignorar que los bloomings o floraciones son procesos termodinámicos fruto del encuentro del gradiente térmico apropiado para elevar hasta la superficie la latitud del sistema vertical, removiendo los nutrientes del fondo lo que hace dismuir su cantidad en esa altura de la columna.
La caracterización de los sedimentos superficiales de fondo no acerca noticias de la memoria convectiva y correspondiente energía de apoyo que reconocen esos fondos en estos sistemas.
Por esto de que la columna tiene una dinámica vertical variable en función de la energía solar a lo largo del día, de las diferencias de temperatura a lo largo de la columna, del gradiente determinante de su latitud vertical, de la capacidad de acumulación y conservación que de esas energías por parte de los sedimentos, pretender con criterios laminares controlar estos procesos es de una ingenuidad que debería escapar a toda crítica, si no fuera por...
Veamos la descripción que sigue:
concerning two-dimensional data of mean and sediment flow collected at a natural confluence of channels in the inner Bahía Blanca Estuary. We describe the two-dimensional flow field to assess the role of changes in bed morphology occurring during transport-effective events on the structure of flow at a confluence; and to examine how the flow structure varies with changes in the ratio of momentum flux.
La instalación para aforos en la interfaz de encuentro de sistemas convectivos es arte de tal complejidad, que por ausencia completa de experiencia concreta en sistemas convectivos y cosmovisión nula del tema, se sugiere comenzar con el recurso de imagen aérea de particular fidelidad, para así visualizar las fenomenales disociaciones que exhiben esas interfaces.
Los aforos generados con criterios y soportes mecánicos no soportan correlato sin desmayarse, con imagen que les acerque noticias de la pretensión donde pretender operar esos aforos. Ver imagen que sigue de la salida del Aliviador del Reconquista al Luján.
De aquí se entiende que el famoso PISA MR atendido por el todopoderoso ACUMAR que ya no sabe cómo gastar más dineros, confiese después de 5 años que no sabe cómo identificar el "pasivo" del famoso plan.
¿Alguien controló los criterios con que se realizan los aforos de caudales de salida de estos tributarios urbanos soberanamente MUERTOS?
¿Serán útiles las certezas de Newton y confiadas ayudas de Lagrange para creer en los criterios de esos aforos y sus interpretaciones matemáticas?
At each station, vertical profiles of velocity, salinity, temperature and suspended sediment were obtained during the whole tidal cycle and residual fluxes were obtained.
Lagrangean flux is higher than possible fresh water input, denoting an extra output of water which is the flux over the tidal flats along the southern and northern coasts of the channel.
La localización de ese extra output of water en ambas riberas del canal no está solicitando comparaciones y acomodados ajustes con recursos lagrangeanos; sino conciencia de que las riberas, por su relación más directa con los suelos aledaños que cumplen la función de baterías convectivas y la propia menor profundidad en ellas, hace que el sistema convectivo tenga allí una particular enérgica actividad, sin olvidar el soporte de memoria que sostienen los sistemas convectivos.
Esa mayor actividad en las riberas que siguen a ambos veriles del canal, incluso suele acusar advección hacia el eje del la sangría en respuesta a un gradiente térmico. Este proceso suele ser llamado por los mecanicistas como "convexión externa". De hecho, no es más que la natural transferencia de las reservas de energías de las márgenes, a la sangría mayor.
Ver una de estas "convecciones externas" provocadas por una invitación de gradiente que intuyo algo más que térmico, pidiendo a gritos una diálisis en la ribera vecina, en esta salida de Tenaris en Zárate.
Procesos comunes que relacionan a los esteros y bañados con las sangrías mayores y aún dentro del mismo curso de agua. Así por caso, estas baterías convectivas, formidables cajas adiabáticas abiertas, que por costas blandas y bordes lábiles reconocen permanentes transferencias.
Las baterías convectivas conformadas en los esteros que acompañan al Amazonas es probable que en energía superen varias veces los consumos del hombre en el planeta. Así por caso: En las proximidades de Manaos el aporte de energía solar varía entre 885 calorías por cm2 en el mes de Enero a 767 en Junio.
Beigt, D, Píccolo, MC, Perillo, GME. en Surface heat exchanges in an estuarine tidal flat (Bahía Blanca estuary), reconocen que:
En todas las estaciones del año los flujos calóricos más importantes fueron la radiación neta y el flujo de calor latente, alcanzando valores máximos de 816 y 776 W m–2, respectivamente, en verano, en horas posteriores al mediodía. La inundación mareal afectó la dirección y magnitud del flujo de calor sensible y el flujo de calor en el suelo. Durante un día despejado de verano, las inundaciones nocturnas calentaron el sedimento de la planicie mareal, causando un flujo ascendente de calor sensible. La inundación matutina enfrió el sedimento y se produjo un flujo descendente de calor sensible que alcanzó un valor de –183 W m–2. El flujo de calor en el suelo se redujo rápidamente durante las horas de inundación, acercándose a cero. La evaporación anual estimada fue 2127 mm.
Sin sacar conclusión alguna de los aportes que el sol y estas cajas adiabáticas abiertas aportan a la dinámica horizontal de las aguas, sino sólo a las referidas a evapotranspiración.
Por ello, empaquetar toda la riqueza de los sistemas convectivos en la voz "turbulencia" y después pretender resolver esas complejidades con criterios mecánicos, con ajustes en variables del tipo que sea, es esfuerzo de ciegos tratando de razonar lo que nunca golpeó como materia fenomenal sus sentidos. Imposible conceptualizar o compabilizar el valor de las diferencias entre desarrollar sensibilidad para mirar flujos convectivos y hacer lecturas mecánicas de turbulencias.
El despiste de sus determinismos para eludir el sentido funcional de las capas límite térmicas e hidroquímicas los lleva a confesar: "The effect of the junction produces a distortion of the vertical profile flow and in the suspended sediment transport".
Sin conocimiento de los gradientes térmicos e hidroquímicos que participan en esos enlaces, de sus asociaciones o disociaciones, es natural esta conclusión apuntando a una distorsión en el sistema vertical.
En realidad, para un mecanicista, esa distorsión está siempre presente como problema que aprecia eludir. En las interfaces son tantos los compromisos interactuantes, que la norma es la disociación y el enlace, la excepción.
A menos que, observador algo más enfocado en termodinámica de sistemas olárquicos abiertos, intuya la conveniencia de visualizar -con los ojos y no con la razón-, cuál es el lugar preciso en esa interfaz dónde mejorar la complejidad y sinceridad de esos delicados enlaces, nunca se dará cuenta de estas complicaciones y sus aforos concluirán en entretenimiento matemático.
"The effect of the particular conformation of the system makes necessary for consider the lateral effect of the tidal flats in the circulation of the estuary which exerts a significant influence".
Vuelvo a esta imagen discursiva pues es de una generalidad pintoresca. Como si el problema fuera el efecto lateral de la marea, siendo que en las salidas tributarias estuariales -que no hayan sido manoseadas-, la deriva litoral, amén de exhibir allí las más concentradas energías convectivas, guarda hipersincronicidad mareal las 24 hs del día y es la Madre de todas las salidas tributarias. Sin ella, no hay salidas. Ver /convec2.html
No he dedicado la suficiente atención a la ría o estuario de Bahía Blanca para opinar qué porción de estas áreas en estudio fuera más ría que estuario; pero de tantos cursos de agua bastardeados por el hombre que he venido observando, con rectificaciones de curso, tablestacados y por ende eliminación de costas blandas y bordes lábiles, alteos y rellenos y por ende destrucción de baterías convectivas aledañas, cualquier observación es dable que jamás concurra a testimoniar lo propio original extraordinario de un sistema termodinámico abierto y natural.
Para recrear estos sistemas en el imaginario hay que ir a la búsqueda de un curso que conserve algo virginal y por contraste ir recreando las funciones ecosistémicas básicas. El abismo a transitar por el científico acostumbrado a resolver estas curiosidades con recursos matemáticos, cualquiera logrará imaginarlo.
Correlacionar un orden determinante fácil de entender, lleno de recursos secuenciales desprendidos de la gravedad, tal como inferir que el sedimento cae por su propio peso; aún cuando resulte que ese mismo sedimento hace viajes disociados de más de 700 Kms en plataforma continental y los deposite en el talud oceánico, siendo los sedimentos los motores de ese viaje extraordinario;
con un orden matricial; con un sol acercando su energía a las aguas y a los suelos con senderos y efectos bien más complejos a los inferidos de las lecturas de "turbulencia" en los fondos, sea invitación a enunciar con el virtuosismo sintetizador de tres siglos, la relación que mediara entre la ley de la gravedad y la fotosíntesis.
Si toda la verdura que exhibe el planeta es fruto de tan sólo el 0,023% de la energía solar que llega a Nos; ¡qué no deberíamos sospechar del 23% de esa energía destinada a movilizar fluidos!
1000 veces más energía que la responsable de tanta verdura que entra por nuestros ojos y no le damos a las dinámicas presentes en las aguas otro crédito que la que se desprende de la ley de la gravedad, las olas y el viento. No son Newton y Lagrange. hoy, después de 3 siglos los responsables de nuestras cegueras, veladas con créditos catecuménicos. Tampoco son culpables la atracción que en Nos despiertan la luna y las mareas. FJA
La imagen superior viene referida a la ribera Norte de salida del Amazonas y muestra la deriva litoral cargando hipersincronicidad mareal, no obstante la formidable energía de salida.
La lectura del Aquarius es muy pobre porque el sistema convectivo marcha con apoyo de memoria convectiva en el fondo y el satélite está leyendo en los primeros 5 cms de la superficie. Sin embargo, la presencia del sistema dulce del Amazonas ya está bien presente en ese extenso viaje hasta el talud.
Este hipertexto con estas observaciones (sin la del cuadrito en la margen superior derecha), fue subido a la web 3 semanas antes de que la NASA comenzara a enviar sus primeras informaciones (25/8/11 al 11/9/11), probando que la sensibilidad de la mirada después de 7 años de seguir el tránsito de estos sistemas, aún hoy ve más profundo que el satélite.
Este aserto fue debido a la visualización de los formidables depósitos de sedimentos amazónicos en el borde del talud oceánico.
Imagine el lector lo que hubiera sido mi parálisis cognitiva si hubiera seguido los catecismos newtonianos enfrascado en hacer malabarismos con recursos lagrangeanos mirando los saltitos inferidos de sedimentos en el fondo de una ría o de un estuario y sumando deducciones en secuencias laminares.
Inferir que ese cono de sedimentos pertenece al Amazonas sólo reclamó abrir los ojos y seguir sus senderos de cruce por plataforma. Inferir los transportes sedimentarios de la costa patagónica a la plataforma continental ha sido invitación en /riosc.html
Aunque hubiera estado 200 años sumando datos no habría llegado a VER la materia fenomenal que sólo debo a mi Querida Musa Alflora Montiel Vivero, cuyo capital de Gracia fue amasado en incomparable pobreza y desconsuelo.
If you want to build a ship, don't drum up people together to collect wood and don't assign them tasks and work, but rather teach them to long for the endless immensity of the sea. -Antoine de Saint-Exupery, author and aviator (1900-1945)
Si quieres en planicies extremas construir una presa, o un canal, o una boca de salida, o una tubería de desagüe, o un puente, o una rambla o una urbanización junto a la ribera, no busques un ingeniero hidráulico. Hace diez años te hubiera dicho que buscaras primero un topógrafo que te alcanzara las altimetrías satelitales. Hoy las alcanzas por Google sin moverte de tu casa. Luego averigua cuántas calorías por cm2 y por día, recibe el área donde te propones intervenir. Luego relaciona esa energía con la velocidad de salida del curso de agua donde pretendes fundar tus obranzas. Y por fin analiza cuántas pérdidas ya ha sufrido ese curso por tus intervenciones con respaldo mecánico.
El Paraná con una pendiente máxima de 5 cm x Km en los últimos 2100 Km termina saliendo en medio de la planicie intermareal con pendiente de tan sólo 4 mm x Km a una velocidad de aprox. 1,3 nudos/h
El Amazonas con una pendiente de tan sólo 3,2 cm x Km en sus últimos 1900 Km saca 220.000 m3/s a una velocidad de 4 nudos/h., transportando 1200 millones de toneladas anuales de carga sedimentaria. En Manaos, cada cm2 de suelo recibe entre 885 y 765 calorías por día.
Aprende a traducir esas energías en energías convectivas y sobre todo, aprende a discernir qué rol juegan las costas blandas, los móviles meandros, las delicadas filigranas de los esteros y los bordes lábiles de los bañados para capturar esas energías, acumularlas y entregarlas a la sangría mayor.
Cuando adviertas con qué facilidad se disocian las aguas y con qué dificultad se asocian, el concepto de flujo laminar habrá quedado en el olvido. De la energía gravitacional, aquí, mejor ni hablar.
Francisco Javier de Amorrortu, 2 de Septiembre del 2011.
IV
La superficie de la cuenca del Rio Gallegos ha sido estimada en 8.400 km2 con una longitud de aproximadamente 300km, de los cuales el 15% corresponden a la zona estuarial, marcada por la incidencia de las mareas. El límite externo sería una línea que une la Punta Bustamante, al norte, con la Punta Loyola al sur con un ancho de 3.5 km para su desembocadura. El límite interno del estuario estaría al oeste del puente de la Ruta Nacional N°3 en Güer Aike. En general se afirma que tiene una longitud de 40km, sin embargo en este artículo defendemos una extensión mayor de 50km para la zona estuarial.
De acuerdo con la clasificación de Hayes (1975) el estuario del Gallegos por rango de marea corresponde al macromareal con mas de 4m de amplitud, encontrando planicies de marea, marismas y bancos alineados en el sentido de las corrientes de marea.
Cerca de la desembocadura, sobre la margen izquierda hay una amplia bahía denominada también Gallegos, dominada por la Ea. Cabo Buen Tiempo. En el centro de dicha bahía hay una pequña isla de un poco mas de 600m de largo conocida como de los pingüinos, de los pájaros o en la cartografia del IGM como Isla Deseada, cubierta por avifauna. Sobre la margen sur entre Punta Loyola y Punta Hamilton hay una zona de terreno anegadizo conocido como Bahía Loyola e inmediatamente al oeste de la misma la desembocadura del Rio Chico y luego sobre la margen sur del rio, la ciudad capital de la provincia.
El Río Chico del sur nace en los cerros Monte Alto en Chile, tomando rumbo Norte, cruzando la frontera y tomando rumbo NE hasta desembocar en el estuario del Gallegos. La zona de la desembocadura se ve afectada por la gran amplitud de marea que puede superar los 10m. La margen izquierda del estuario presenta unos impresionantes acantilados que en la zona entre Ea. Killik Aike Norte y la antigua Ea. Hill Station llegan a los 150m de altura en algunos lugares.
La observación impresa en la imagen, de que no hay ola oblicua y sin embargo hay deriva litoral, es dable verificarla en imagen de 1800 pixeles que se reproduce en el sector de grandes imágenes
Por el contrario la margen derecha es baja, cubierta de depósitos fluvioglaciales.
En la zona de la Bahía Loyola pueden observarse planicies de marea y marismas con abundante presencia de salicornias.
Por el febril crecimiento de la capital de la provincia y la importancia creciente del puerto de Punta Loyola el estuario del Rio Gallegos se está desarrollando como una zona muy dinámica en lo demográfico y económico por lo que requiere mayores estudios hidrológicos que optimicen el uso de los recursos.
Bibliografía
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