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Derrame de BP en el Golfo

Tras un par de gráficos mostrando el calor acercando trabajo a la corriente del Golfo, que ya muy potenciada antes de pasar por Yucatán describe un gran loop para buscar el cruce por la Florida, iremos a mirar por el derrame de British Petroleum.

Aquellos derrames que no alcanzaron a ser atrapados por el loop siguieron camino a la desembocadura del Missisippi y por el Oeste de sus patas deltarias buscaron en oportunidad de los reflujos mareales de introducirse en los canales de salida, para luego de ese intento seguir su camino al Oeste al igual que el resto de los sedimentos del Missisippi.

Estas imágenes de la NASA acercan ilustración a esos corredores de flujo que copian la cara Norte del Golfo. Las tres finales muestran la influencia de los reflujos mareales en la prestación de los corredores de salida. Descubren esas originales morfologías deltarias dinámicas de muy distintas trascendencias en sus riberas Este y Oeste.

Beginning in the Caribbean and ending in the northern North Atlantic, the Gulf Stream System is one of the world's most intensely studied current systems. This extensive western boundary current plays an important role in the poleward transfer of heat and salt and serves to warm the European subcontinent. Traditional hydrographic studies in this region include those of Iselin (1936) and Gulf Stream '60 (Fuglister 1963). The high degree of mesoscale activity associated with this system also has attracted oceanographers. Studies of these phenomena have focused on the "snapshot" representation of the region and have included studies such as SYNOP, Gusto, and ABCE/SME. The Gulf Stream system is powerful enough to be readily seen from space and was visible in even the earliest satellite altimetry studies, such as Seasat and later Geosat. Strong thermal gradients also made it visible to infrared measurements, like VHRR (Very High Resolution Radiometer) readings using the early NOAA satellites, THIR (Temperature and Humidity Infrared Radiometer) readings from Nimbus satellites, and Advanced VHRR (AVHRR) readings from later NOAA satellites.


The variations in transport of the deep waters in the current appear to be almost opposite in phase to the surface waters, and their magnitude is more significant (Hogg and Johns 1995). As Worthington (1976) suggested, the maximum transport occurs in the spring, and the amplitude of the annual cycle is as large as 5-8.5 Sv (Manning and Watts 1989; Sato and Rossby 1992; Hogg and Johns 1995). The mechanism Worthington proposed was extensive convection south of the Gulf Stream in winter due to the atmospheric cooling of surface waters. This causes the thermocline to deepen and the baroclinic transport to increase (Fu et al. 1987). Although his idea has been controversial, alternate hypotheses have not adequately explained observations (Hogg and Johns 1995).

En cosmovisión de las dinámicas oceánicas es dable advertir mucho más soporte fenomenológico que el primado matemático en temas potamológicos.

The region of the Gulf Stream's branch point is highly dynamic and subject to rapid change. The high degree of mesoscale activity, along with rapid changes in the major surface currents, make this a very difficult region to study. Part of this variability arises from the high amount of eddy activity. Eddy kinetic energy along both the Gulf Stream and the North Atlantic Current is at peak values here (Richardson 1983). There is also the presence of elongated, high-pressure cells along the offshore side of the North Atlantic Current (Worthington 1976; Clarke et al. 1980; Baranov and Ginkul 1984; Krauss et al. 1987). These pressure cells may be linked to outbursts of Labrador Current water from the Grand Banks (Krauss et al. 1987) that lead to extensive mixing at the end of the Gulf Stream.

De estos gráficos sobre temperaturas pasamos a imágenes directas de las huellas del petróleo marchando hacia el Oeste

A efectos de mejor visualización hemos girado la imagen. El E quedó al N y el O al Sur.

 

Las áreas blanco-amarillentas-azuladas corresponden al transporte sedimentario del Missisippi. Las más saturadas, luminosas y acromáticas, al petróleo.

 

 

Las tres imágenes que siguen muestran la acción de los reflujos mareales sobre esta pata de salida; mostrando sus alcances de penetración mayor vulnerabilidad por los accesos del Oeste. La misma morfología de cada uno de estos delgados brazos muestra tendencia a canalizaciones longitudinales al Este y transversales al Oeste. En el corredor central en el tope izquierdo de la imagen se advierte un largo perfil hidrodinámico marcado en sus bordes con petróleo fruto del paso de una embarcación. Este detalle se advierte mejor en la última imagen.

No obstante ser las aguas dulces más livianas que las saladas, sus energías convectivas sumadas a la carga sedimentaria que transportan, parecen enfilar al Sur ocultas por debajo de la rauda marcha de los reflujos empetrolados hacia el Norte interior.

 

La riqueza de estas plumas acerca noticia de la energía de interminables corredores; que aunque disociados, marchan relativamente apareados a un primario destino hacia el Oeste.

También muestran algo del nivel de energías internas y externas que traducen estas morfologías deltarias. Muy distintas en nuestro delta paranaense, que en el sector de 80 a 100 Km2 vecino a las riberas urbanas, encuentra un área al Oeste del Emilio Mitre cuyos flujos están desde hace décadas en estado catatónico.

Esas áreas son hoy la mayor advertencia de nuestras inadvertencias del pesado destino transicional que le cabe a la inevitable Buenos Aires mediterránea.

Inadvertencias que reclaman apuntar en primerísimo lugar a los vuelcos de barros y efluentes en las áreas que siguen a las inmediaciones de los canales de acceso. En ese tapón se juega la escala de la fatalidad del cadáver que velaremos durante 200 años.

No advertir a nuestros tributarios urbanos muertos es fruto de cosmovisión hidráulica que se ha ocupado durante más de un siglo de fabricarles sarcófagos a medida a cada uno de ellos y hoy no está en condiciones de firmar un certificado de defunción sin conllevar catarsis académica en un colectivo de escala monumental; insignificante, sin embargo, comparado al daño que han hecho y siguen haciendo a la Naturaleza, a sus energías y a sus relaciones.

Gracias Querida Alflora por despertarme cada mañana.

Francisco Javier de Amorrortu, 15 de Septiembre del 2011

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